Una Hyundai Kona eléctrica podría haber causado una explosión y el posterior incendio en el garaje de una vivienda en Canadá. Así lo establecieron tanto su propietario como el personal de emergencia que acudió al siniestro.
El hecho sucedió el viernes 26 de julio en la ciudad de Montreal, específicamente en la zona residencial de Île-Bizard, cuando Piero Cosentino acudió al sótano tras activarse la alarma. Una vez allí, divisó humo saliendo de la puerta que daba al lugar donde acostumbraba estacionar su vehículo.
En declaraciones a Radio-Canada, el afectado aseguró que interrumpió el suministro de energía eléctrica de toda su casa apenas advirtió el peligro. Sin embargo, ya era tarde.
Alrededor de la 1 p.m. hora local, la zona frontal del vehículo explotó y la onda expansiva se llevó por delante buena parte del techo y la puerta del garaje, que fue a dar al otro lado de la calle. Dado que el auto –recién comprado en marzo- estaba en llamas, llamó a los bomberos.
Mientras tanto, intentó combatir el fuego con la manguera del jardín. “Mi primer instinto fue salir y correr, para evitar abrir las puertas y alimentar el fuego”, recordó.
Afortunadamente, los cerca de 30 efectivos que acudieron al llamado consiguieron apagar el fuego antes de que se propagara por el resto de la vivienda. Aunque no se registraron heridos, tanto la familia de Cosentino como sus vecinos debieron abandonar sus hogares mientras se determina si hubo daños estructurales.
«Si alguien hubiese estado frente a la puerta del garaje, habría terminado en el hospital», reflexionó el propietario.
Costentino aseguró que su SUV compacta no estaba cargándose ni tampoco conectada a la red eléctrica, por lo que sospecha que existió autoignición.
La jefa de sección del Servicio de Bomberos de Montreal, Louise Desrosiers, detalló que la detonación apenas dejó dos murallas en pie. “Era un vehículo completamente eléctrico y no había en el lugar ningún otro elemento que pudiese motivar la explosión”, sentenció.
El último caso de repercusión pública afectó a Tesla a principios de 2019 en China. En aquella ocasión, un Model S se incendió y explotó mientras estaba estacionado. Para evitar el recalentamiento de las baterías, el fabricante estadounidense realizó una actualización del software.