Los llamados «autos voladores» han recorrido un largo camino desde 2011, cuando un ruso colocó un par de alas en los lados de su viejo carro y se puso a dar vueltas en una pista a 60 mph. Sorprendentemente, el artilugio voló por 180 metros, aunque solo pudo alcanzar una altitud de 3 metros.
Mientras que aquel conductor de 72 años probablemente invirtió buena parte del dinero de su jubilación en su proyecto, algunas entidades mucho más grandes —y con bolsillos mucho más profundos— se han unido al baile para fabricar un «taxi volador», un vehículo que resulte viable, tanto para viajes cortos por la ciudad como para paseos más largos.
Uno de los que sueña con crear una máquina voladora de este tipo es el cofundador de Google, Larry Page. Ha estado apoyando el desarrollo del Kitty Hawk Flyer, un avión eléctrico ultraligero que es, esencialmente, un octocóptero grande con un asiento y controles de dirección. Pero esta semana nos acabamos de enterar de que el equipo detrás del Flyer tiene un diseño mucho más ambicioso: Cora.
Se trata de una máquina con dos asientos y de aspecto bastante cool. Cuenta con 12 rotores montados en sus alas para permitir un despegue y un aterrizaje vertical, y una gran hélice que le ayuda a volar como un avión regular.
Cora —que se dio a conocer esta semana y que actualmente se somete a pruebas de vuelo en Nueva Zelanda— es completamente eléctrico y autónomo. Puede transportar hasta dos pasajeros, tiene un alcance reportado de 60 millas y una velocidad máxima de 93 mph. Operando con un nivel de ruido muy inferior al de un helicóptero, y sin la necesidad de una pista de aterrizaje, el avión podría despegar y aterrizar en entornos urbanos ocupados sin causar demasiados trastornos a su alrededor.
El plan es utilizar a Cora como servicio de taxi aéreo comercial en Nueva Zelanda, servicio que se lanzaría antes de 2022. Se ha elegido este país debido a su regulación más relajada para dichos proyectos. Además, el desarrollo de vehículos como Cora ayudará al país en su ambicioso plan de emisiones cero para 2050.
El equipo detrás de Cora está dirigido por el CEO de Kitty Hawk, Sebastian Thrun. Él es una de las personas que ayudó a desarrollar la unidad de carros autónomos de Google, hoy llamada Waymo, y que recientemente llegó a los titulares por su nuevo curso de nanogrado de «auto volador» en el equipo de educación online Udacity.
«Sabemos que la tecnología [para un taxi volador] es factible porque ya lo estamos haciendo», dice Thrun en el video, destacando su último proyecto.
Ciertamente, hay muchas cosas sucediendo en el espacio de los taxis voladores en este preciso momento. El mes pasado, vimos el primer vuelo de prueba de Vahana —respaldado por Airbus—, y también aprendimos más sobre el progreso de EHang con su máquina voladora 184. Uber también está desarrollando su propio vehículo aéreo, mientras que Joby Aviation y Volocopter están trabajando en sus modelos con la vista puesta en un servicio de taxi aéreo.