Chicago no quiere como Pittsburgh. La ciudad del acero de Pennsylvania estuvo presente en los medios de comunicación la semana pasada, cuando por sus calles comenzaron a círculos vehículos Uber auto-conducidos gracias a un programa piloto. Y esto provocó que dos funcionarios municipales de Chicago decidieran que no querían esto en su propia ciudad, de acuerdo con SlashGear.
Los concejales Anthony Beale y Ed Burke presentaron una propuesta de ordenanza para prohibir los vehículos de auto-conducción por calles de Chicago. Si la ordenanza se hace ley, ni Uber, ni cualquier otra entidad o persona podrá poner a prueba la auto-conducción dentro de los límites de la ciudad de Chicago. La ordenanza pide una multa de $500 dólares de multa.
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El Chicago Tribute informó que los concejales han calificado su propuesta como un “ataque preventivo” cuando se presentaron esta en una reunión del Ayuntamiento. En un comunicado de prensa del Comité de Finanzas de Chicago, se dijo que el Concejal Burke habría dicho que “no queremos que las calles de Chicago sean utilizadas como el lugar de un experimento que, sin duda, acarreará riesgos, especialmente para los peatones. Ninguna [de estas] tecnología[s] es cien por ciento segura”.
La ordenanza propuesta restringe a la gente para operar vehículos autónomos en cualquier carretera de la ciudad. Por “tecnología autónoma” se entiende cualquier vehículo “… que tenga la capacidad de conducirse sin el control físico humano, o mediante algún otro sistema de control humano [directo]”.
La fecha para la audiencia de la ordenanza no se ha programado aún. En primer lugar, la propuesta debe ser deliberada en un comité conjunto de Finanzas y Transporte, dijo el portavoz del Comité de Finanzas, Donald Quinlan.
Mientras tanto, en Pittsburgh, cuatro Ford Fusion de Uber irán por las calles de la ciudad con dos supervisores a bordo. Estos vehículos Ford estarán acompañados por una flota de Volvos con auto-conducción, los que también tendrán ingenieros dentro, tanto como para hacerse cargo de la conducción (si fuese necesario) como para monitorear y registrar los datos.
Junto con la Universidad Carnegie Mellon, la ciudad de Pittsburgh está trabajando para situarse como un centro de tecnología e innovación. El plan de Pittsburgh es atraer a nuevas empresas, creando puestos de trabajo que mejoren la economía. Los centros tecnológicos y los laboratorios de investigación de las grandes empresas que abrirán en los alrededores de Pittsburgh dan fe de que el plan de Pittsburgh parece estar funcionando.
El soporte brindado a la tecnología de auto-conducción es un gran ejemplo del plan de Pittsburgh. Si se aprueba la ordenanza anti-vehículos-autónomos de Chicago, algunos podrían verlo como una señal de anti-tecnológica, la cual podría incluso perjudicar a la ciudad del viento.