En plena era del reinado casi tiránico de las SUVs, el negocio de las camionetas pickup ha logrado mantenerse a flote con bastante éxito. No extraña: el comprador de “trocas” es uno de los más fieles que se pueden encontrar en el mercado, y el hechizo de los SUVs y crossovers no parece haber surtido efecto en ellos.
Por tamaño, lujo de cabina y características de rendimiento, ningún propietario de una camioneta de última generación bajará la mirada ante un SUV, o incluso ante un sedán. La competencia, por lo mismo, ha estado y seguirá estando entre ellas, entre los modelos de pickups que los fabricantes sacan y van perfeccionando con el correr de los años.
Y más allá de motores y ostentaciones, es en la cama o caja de carga en donde los fabricantes se han venido mostrando los dientes en los últimos años. Y tiene todo el sentido del mundo, ya que la cama es la razón de ser de una camioneta. Ese amplio espacio de carga alguna vez fue de madera –material muy liviano, pero poco resistente al paso de los años– después de acero –fuerte, pero pesado, y no invulnerable al paso del tiempo y a la corrosión– hasta llegar al aluminio, liviano y resistente, sí, pero para nada incólume a las abolladuras ni a la erosión de los elementos.
CarbonPro… ¿De qué hablamos?
El mercado siempre es el que manda, y si de perfeccionar los materiales se trata, GMC lleva (o llevará) la delantera. Este nuevo «elemento noble» se llama CarbonPro, y parece resistir a absolutamente todos los castigos imaginables a los cuales se puede someter la cama de una camioneta, así como a la corrosión por productos químicos y rayos UV, invisible enemigo de todo aquello que corretea bajo el sol. Además, es incluso más ligero que el aluminio, lo que permite que el volumen de carga aumente.
Hace una semana fuimos invitados por GMC a aprender más cosas sobre este nuevo material, el cual podría provocar una pequeña revolución (o, al menos, una nueva tendencia) en el mercado de las camionetas. Las camas de CarbonPro se fabrican íntegramente en la planta de CSP – Continental Structual Plastics (Huntington, Indiana), compañía cuenta con años de experiencia en la fabricación de compuestos automotrices, y ya ha creado paneles de carrocería para el Chevrolet Corvette y la cubierta desmontable en el Jeep Wrangler, por poner solo unos ejemplos.
No se ven aquí ritmos desbocados de producción: todo se desarrolla con bastante calma, aún cuando la fabricación de las camas de CarbonPro es más compleja de lo que se podría pensar. Para empezar, no se trata de pura fibra de carbono, tal y como se encuentra en autos de la F1 y otros superdeportivos (aquello sería muy caro y lento): el CarbonPro se crea con una parte de fibra de carbono, restos de la misma fibra reutilizada, plástico, aluminio, materiales compuestos de fibra de vidrio y acero. En CSP, hebras de fibra de carbono de una pulgada de largo se mezclan con estos materiales para crear el CarbonPro. Semifundido, se mete en prensas de 3,600 toneladas que le dan la forma de la cama. Para el suelo de ésta, en concreto, se utiliza una doble capa, haciéndolo prácticamente irrompible. Pudimos ver in situ como se le daban mazazos sin apenas causarle rasguños.
Además, en este proceso no se desperdicia nada: los restos de CarboPro sobrantes se funden y reutilizan en la fabricación de otras partes de la cama.
¿Estará en todas las camionetas?
No sabemos si el Carbon Pro ha llegado para quedarse, aunque nos gustaría que así fuese. ¿La razón principal? Fácil: porque es una excelente idea. En GMC llevan años trabajando en esto, aunque la apuesta inicial del fabricante es muy comedida: solo algunas camionetas Sierra Denali 1500 y Sierra AT4 1500 llegarán este verano con camas de CarbonPro. Suponemos que las razones de este lanzamiento “a cuentagotas” responde a varios factores, aunque la recepción que tenga en el mercado debiera ser determinante.
Como hemos dicho, pudimos comprobar que efectivamente se trataba de un material liviano, atractivo e irrompible. Gracias a esto, el volumen de la capacidad de carga aumenta, y si bien el peso disminuye en 60 libras, tampoco se trata de números para tirar cohetes, sobre todo tratándose de una camioneta.
¿Y el precio? He aquí lo fundamental. Hasta el verano, será el secreto mejor guardado de GMC, y es evidente que de él dependerá buena parte del éxito (o no) de las camas de CarbonPro. En términos generales, el proceso es más rápido y económico que el empleado en los paneles de “pura” fibra de carbono, y además es reciclable, lo cual juega a favor de una reducción de costos. Pero aún no lo sabemos.
¿Realmente la quieres?
El target u objetivo principal de estas camionetas con CarbonPro es claramente el comprador estadounidense. Y no todos, nos atreveríamos a decir. Las muescas y asas de amarre de la cama sugieren que GMC ya pensaba que el comprador de camionetas con CarbonPro sería alguien que las usa para su vida diaria y entretenimiento, para llevar sus motos y cuadrimotos, antes que usarlas como vehículos de trabajo propiamente tal. Aquellos que compran camionetas para trabajar siempre tienen los números en mente, y sabrán muy bien si vale o no un gasto mayor al principio –con un posterior ahorro en reparación y mantenimiento– o si conviene más seguir invirtiendo en camas de acero o aluminio, gastándose después unos dólares extras en un revestimiento de poliuretano, por ejemplo.
Tanto en Latinoamérica como en España, las camionetas con las dimensiones de la Sierra Denali 1500 y la AT4 1500 suelen ser vehículos al trabajo duro. En España y Europa, además, las enormes dimensiones de estos vehículos no suelen ser tan bien vistas como en los EE.UU. En Latinoamérica, en general, si alguien quiere un vehículo de grandes dimensiones para su entretenimiento, optará casi siempre por un SUV.
Pero también es verdad que los mercados no son estáticos, y las grandes empresas son expertas en crearnos necesidades que antes no teníamos. El CarbonPro llegará con un precio posiblemente elevado, pero debería después bajar y normalizarse. Para entonces, GMC habrá sido la compañía precursora de la nueva tendencia, y estará mucho mejor posicionada que la competencia. Una muy buena apuesta de futuro, con todas sus letras: