Parece que las restauraciones a gran escala son una de las mejores tendencias en la actualidad, con talleres como Singer y su ingenioso trabajo con los clásicos 911, o East Coast Defender, modernizando los modelos clásicos Land Rover Defender para un mejor uso diario. Definitivamente, constituyen un soplo de aire fresco para los entusiastas del automóvil tradicional, en contraste con la gran ofensiva hacia la electrificación y la hibridación.
Sumándose a la lista está Carbon Motors, dedicando su trabajo de restauración a los clásicos Jaguar de cuatro puertas. En 2015, la compañía anunció sus últimos servicios, centrándose específicamente en los sedanes Jaguar 420 de finales de los ‘60.
El Jaguar 420 fue una de las primeras expresiones de aquello que la compañía entendía por un «sedán deportivo compacto». Piénsalo como una de las primeras versiones del moderno sedán Jaguar XJ. El Jaguar 420 original es, en esencia, anterior al XJ actual, y se presentó al mundo en octubre de 1966, en el marco del London Motor Show.
El seis cilindros en línea de 4.2 litros del Jaguar 420 es, esencialmente, tomado directamente del E-Type pero con un sistema de combustión diferente. Es alimentado por dos carburadores para producir alrededor de 245 caballos de fuerza y 283 libras-pie de torsión, en comparación con la versión de tres carburadores en el E-Type y del sedán 420G más grande y lujoso. Sin embargo, cuando la SAE (Sociedad de Ingenieros Automotrices) ajustó su sistema de prueba, se descubrió que el seis cilindros del 420 estaba subestimado en sus cifras de potencia. Se vendió con una transmisión manual de cuatro velocidades, o una automática de tres.
Como ejemplo de su atención al detalle, Carbon Motors rastrea y ubica los problemas relevantes de la época de Jaguar (referentes a la calidad de la fabricación) y los resuelve. Por ejemplo, la empresa utilizó una masilla de madera inadecuada para sellar algunos de los paneles del cuerpo durante el ensamblaje, una forma desesperada de ahorrar en costos de producción.
Por si no lo sabías, los Jaguars de aquella época no tenían una muy buena reputación de calidad y confiabilidad, esto como resultado de una reestructuración corporativa que salió mal, luego de una fusión paralizante con el entonces gigante automotriz británico Leyland. Además de una economía paralizada y uniones problemáticas, los Jaguares a fines de la década de 1960 y durante la década de 1980 soportaron una serie de problemas de calidad de fabricación, siendo el 420 uno de ellos.
Bajo la restauración de Carbon Motors, el automóvil se vuelve a pintar completamente mientras se reparan todas las imperfecciones del cuerpo. Luego, el interior se somete a un trabajo de re-tapizado completo con cuero nuevo en los asientos, en los paneles de las puertas, se ponen molduras de madera restauradas en el salpicadero y un nuevo techo interior. Lo mismo se aplica a la potencia y al tren de transmisión: todas y cada una de las partes que necesiten atención, la reciben. El resultado —creemos— salta a la vista.