El primer ministro canadiense Justin Trudeau anunció esta semana que Canadá prohibirá la venta de vehículos nuevos equipados con motores de combustión interna a partir de 2035; la meta es alcanzar cero emisiones netas de carbono en todo el país en 2050. Con esto, Canadá se une a los gobiernos nacionales y estatales que han puesto fecha de expiración a la llegada a su territorio de vehículos nuevos equipados con motores contaminantes que usan combustibles fósiles como fuente de energía.
Como en todo anuncio gubernamental hay que leer la letra pequeña para entender la dimensión del asunto. La prohibición no abarca todos los tipos de vehículos con motores contaminantes, sino que cubre todos los automóviles de pasajeros y camionetas pickup de trabajo liviano como la línea de Ram y la Ford Serie F, que hace poco anunció su primera versión eléctrica la Ford F-150 Lightning. Los camiones de transporte pesado, autobuses y otros vehículos comerciales quedaron fuera de esta iniciativa.
Un reporte de Reuters indica que el gobierno canadiense espera que una combinación de inversiones y regulaciones ayudará a la industria en la transición a los vehículos sin emisiones, y que establecerá objetivos que deberán ser alcanzados en 2025 y 2030 para hacer que el proceso sea gradual, sin especificar cuáles serían.
Pero cualquiera que sean estas metas, el objetivo final sigue siendo sumamente ambicioso, en especial para un país como Canadá, que es el que más territorio abarca en América, y en donde los largos tiempos de recarga podrían presentar un problema para los canadienses que están acostumbrados a hacer viajes largos en sus vehículos. La industria ha hecho enormes avances en los últimos años tanto en capacidad de almacenamiento de energía como en tiempos de recarga, pero Canadá necesitará hacer una enorme inversión en redes de estaciones de carga para hacer que el objetivo que se han trazado sea factible.
En la actualidad, solo 3.5 por ciento de los vehículos nuevos vendidos en Canadá son eléctricos, lo cual marca un gran contraste con países como Noruega, donde ese porcentaje es de 70 por ciento y donde una transición similar podría ser mucho menos traumática. Estados Unidos, el vecino sureño de Canadá y donde la tasa del vehículos eléctricos nuevos es de solo 2 por ciento, aún no ha establecido una fecha para detener las ventas de autos con motores de combustión interna. Sin embargo, el estado de California ya estableció una meta similar a la de Canadá, lo que podría propagar una ola de prohibiciones similares por toda la nación.