La mayoría de los vehículos ‘de concepto’ casi siempre miran hacia delante, como prediciendo diseños y tecnología que están por venir. Pero BMW no parece sentirse muy cómodo jugando al adivino, y —por el contrario— no tiene problemas en recrearse en el negocio la nostalgia, tal y como lo podemos podido ver en el Concorso d’Eleganza de Villa d’Este, Italia, con la presentación del Hommage BMW 2002.
Se trata del último de una serie de ‘conceptos’ basados en modelos clásicos de BMW. En este caso, se le rinde homenaje al célebre y ‘cincuentón’ Modelo 2002, el famoso sedán ‘cuadrado’ como una caja de zapatos que contribuyó a cimentar la reputación de BMW como un fabricante de coches deportivos y prácticos a la vez. El 2002 fue también uno de los primeros coches de producción se ofreció con un motor turboalimentado, algo que hoy se encuentra en casi todos los modelos BMW.
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El original 2002 fue definido por sus proporciones compactas, el llamativo efecto de su facia delantera (vertical, inclinada, casi como inspirada en el «shark-nose»). Todos estos elementos están obviamente presentes en forma modernizada en el Hommage 2002, haciendo de él un diseño que parece casi un cruce entre el original de 2002 y un moderno 2 Series. Los diseñadores trataron de suavizar un poco sus líneas, y han añadido también un guardabarros acampanado y frontal, así como y un alerón trasero que nos recuerda al modelo de rendimiento Turbo 2002.
Los diseñadores también han prestado atención a los detalles. Una franja horizontal de fibra de carbono separa las mitades superior e inferior del auto, aludiendo al adorno de cromo que poseía el 2002 original. La pintura metálica brilla en la mayor parte de la carrocería, excepto en el capó, tapa del maletero, y techo, reduciendo así su reflejo en los otros coches. Ah, y los faros tienen reflectores color oro: un detalle para que nos recuerda de que estamos en presencia de un homenaje a los 50 años del modelo 2002.
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El Hommage 2002 sin duda se ve bien, pero… ¿es algo más que una cara bonita? BMW no ha querido hablar sobre el tren de potencia, pero no se necesita demasiada imaginación para apostar por un turbocompresor bajo el capó. Tampoco hay detalles sobre el interior. Sí, son algunas omisiones bastante cruciales, pero se debe siempre tener presente que el Hommage 2002 es un ejercicio de estilo, no la vista previa de un próximo modelo de la producción.
Al igual que los conceptos Hommage anteriores, el Hommage 2002 nos recuerda —ante todo, y por sobre todo— un modelo legendario de coche, y permite a los diseñadores de BMW admirar y homenajear el pasado antes de seguir hacia adelante.