En Génesis 11 se cuenta una historia extraordinaria de cómo el caos se apoderó del mundo. Se trata del mito de la Torre de Babel, que explica el origen de las diferentes lenguas humanas. Según la historia, en la antigüedad toda la humanidad hablaba un mismo idioma y decidió construir una torre en la llanura de Sinar que llegara hasta el cielo, como símbolo de su unidad y grandeza.
Sin embargo, Dios consideró este acto como un exceso de soberbia y decidió castigar a los constructores. Para ello, confundió sus lenguas, haciendo que cada grupo hablara un idioma diferente, lo que les impidió comunicarse y continuar con la obra. Como resultado, las personas se dispersaron por toda la Tierra, dando origen a las distintas lenguas y culturas.
Ese legendario texto de la Biblia, es quizás el enigma más grande que la humanidad ha tratado de resolver de forma práctica en los años posteriores, cómo buscar una manera de comunicarse y traspasar esas distintas lenguas. Y la era de internet comenzó a facilitar muchísimo la tarea para eso, con los famosos traductores en línea y una serie de herramientas para convertir el idioma en tiempo real.
Pero Google hoy adelantó una solución que ya se vislumbra como definitiva al menos en la comunicación remota: con la ayuda de la IA una traducción a tiempo real, impecable, con los mismos tonos de voz y sentidos de las frases y sin necesidad de estar sudando nervioso para que tu interlocutor extranjero te entienda.
Google Meet quiere derribar la barrera idiomática
Google I/O 2025 fue el escenario perfecto para relatar como desde Google Meet se podía comenzar a destruir la barrera del lenguaje.
Una nueva función traduce tus palabras habladas al idioma preferido de tu oyente, casi en tiempo real, con baja latencia y conservando tu voz, tono y expresión. El resultado es una conversación que se siente auténtica y natural, incluso en todos los idiomas, «ya sea que se trate de nietos que hablan inglés charlando sin esfuerzo con sus abuelos que hablan español o colegas globales que se conectan a través de continentes».

A partir de hoy, la traducción de voz en Google Meet comenzará a implementarse para los suscriptores de los planes Google AI Pro y Ultra en versión beta, inicialmente en inglés y español, y en más idiomas en las próximas semanas, prometiendo además que los planes empresa de Workspace tendrán esta herramienta incorporada para futuras reuniones.
¿Es del todo bueno esto?
Indudablemente que servicios como Duolingo tendrán que repensar sus objetivos tras este anuncio, porque la motivación para aprender un idioma extranjero disminuye si es que pensamos cómo todas las herramientas de IA generativa están facilitando tanto la tarea para comunicarse en otras lenguas.
Ahora, es lo mismo que se critica de muchos servicios que «facilitan» la vida y la cotidianeidad. Ocurre con Waze, por ejemplo, que según muchos acérrimos enemigos de la plataforma ha atrofiado nuestra capacidad de ubicación, espacialidad y movimiento soberano.
Lo mismo se podría decir de ChatGPT y cómo está impactando en la educación mundial, «ayudando» a estudiantes y a profesores a simplificar sus labores.
En el caso del idioma, hay una salvedad importante y quizás algo que estas herramientas no podrán asimilar tan rápido: el factor cultural, modismos y expresiones con múltiples significados, que solo un hablante nativo podría conocer e interpretar, algo que brinda humanidad y sorpresa al habla del día a día que finalmente es el que se logra imponer.
Por tanto, es difícil pensar que una plataforma te ayude a caminar por las calles de Japón con total naturalidad en la comunicación que necesitarás en ese país, pero al menos te ayudará a defenderte con más herramientas y de manera más rápida que andar con un diccionario en la mano.
Lo presentado por Google este 20 de mayo podría ser el primer paso para un cambio más grande a futuro en relación al modo en que nos comunicamos, sin embargo, tal como muchas funcionalidades de la tecnología, será un privilegio de unos pocos, acrecentando por un tiempo las diferencias. El camino a su democratización completa aún será lenta, pero cuando ya se instale, podría marcar el inicio de la caída de la Torre de Babel.