El telescopio espacial James Webb fue lanzado el 25 de diciembre del año pasado y ya completó con éxito sus principales despliegues.
Mientras el aparato se dirige hacia el punto de Lagrange 2 (L2), que es su destino final y está ubicado entre la Tierra y el Sol a 1.5 millones de kilómetros de nuestro planeta, los encargados de la misión se preguntan cuál será la primera imagen que el telescopio observará.
“Fea y borrosa”
James Webb cuenta con 18 segmentos de espejos hexagonales que tienen que ser alineados gradualmente para formar una superficie única y casi perfecta de captación de luz.
Para esto el aparato debe tomar imágenes del cielo; es una etapa necesaria que permitirá observar cómo va el proceso de alineación.
Jane Rigby, científica del proyecto de operaciones de Webb, aclaró que no hay que esperar mucho sobre esta “primera luz” del telescopio.
“Las primeras imágenes van a ser feas. Van a ser borrosas. Tendremos 18 de estas pequeñas imágenes por todo el cielo”, explicó la investigadora durante una rueda de prensa.
Los encargados de la misión no explicaron si pretenden publicar esas primeras imágenes.
Lo que sí explicaron es que este problema se debe a que, al principio, los segmentos del espejo primario estarán desviados por milímetros, lo que se relaciona con un grado de imprecisión cuando se trata de enfocar un exoplaneta lejano o ver las estrellas de una galaxia igual de distante.
La buena noticia es que para el 24 de abril (el día 120 de la misión), los ingenieros esperan que el telescopio observe con mucha mayor precisión luego de que se haya finalizado el procedimiento de alineación.
“Me gusta pensar que es como si tuviéramos 18 espejos que son, en este momento, pequeñas prima donnas, todos haciendo su propia cosa, cantando su propia melodía en cualquier tono que estén”, agregó Rigby.
“Tenemos que hacer que funcionen como un coro, y eso es un proceso metódico y laborioso”.