Pese al aumento de contagios debido a la variante ómicron, en Estados Unidos aún hay mucha gente que se resiste a las vacunas contra el COVID-19, y no solo entre la población civil, sino también en la milicia. De acuerdo con Axios, 206 marines han sido despedidos del servicio por rehusarse a ser vacunados.
El 21 de diciembre, el Departamento de Defensa de Estados Unidos advirtió que los miembros de la milicia en servicio debían vacunarse o “enfrentar las consecuencias”. Según el organismo, 98 por ciento de sus fuerzas ya estaba vacunado, pero todavía existe un pequeño remanente de soldados y miembros que se niega a hacerlo.
Las consecuencias para los no vacunados van desde la imposibilidad de continuar con su entrenamiento hasta la suspensión de sus pagos e incluso el despido.
Según el reporte de Axios, hay más de 3,200 solicitudes para eximirse de las vacunas por motivos religiosos, aunque ninguna de estas fue aprobada.
Los soldados que se negaron a recibir una vacuna se defienden al decir que se trata de una suerte de purga política encabezada por la administración del presidente Joe Biden. En una charla anónima con Fox News, militares de diversos rangos aseguran que obligarlos a vacunarse es inconstitucional y que tiene como consecuencia la pérdida de buenos soldados.
Para ellos, el problema es que respecto a las vacunas “todo mundo tiene derecho a opinar excepto la milicia, porque no estamos autorizados a oponernos a nuestros líderes”.
De cualquier manera, parece ser que estos reclamos de militares rebeldes caerán en saco roto, porque el Departamento de Defensa de EE.UU. hasta ahora no ha tenido contemplaciones contra quienes desobedecen las órdenes respecto a las vacunas.