Estados Unidos es uno de los países más afectados por la pandemia de coronavirus. La nación norteamericana registra más de 650,000 decesos y en las últimas semanas ha visto cómo colapsan los hospitales debido a la enfermedad.
Hace poco, las autoridades sanitarias otorgaron la aprobación completa a la vacuna de Pfizer/BionTech como una manera de incentivar la vacunación entre los habitantes.
Aún existe un amplio porcentaje de la población que se rehúsa a recibir algún fármaco elaborado contra el COVID-19. Para ellos, la máxima autoridad de la nación ha decretado una dura medida.
Joe Biden anunció que exigirá la vacunación a los empleados públicos del Gobierno y a quienes forman parte de las grandes compañías. De lo contrario, quienes no quieran inocularse deberán someterse a pruebas semanales.
En un discurso emitido desde la Casa Blanca, el jefe de Estado pidió al Departamento de Trabajo que exija a todas las compañías privadas de más de 100 empleados que les ordene a estos su vacunación o que solicite test al menos una vez a la semana.
Según las autoridades, cerca de 80 millones de trabajadores están dentro de esa categoría.
“Esto no se trata de libertad o de elección personal, sino de protegerse a uno mismo y a los que nos rodean”, señaló Biden en declaraciones recogidas por la BBC.
El mandatario confirmó que las empresas que no cumplan con esta disposición se enfrentarán a multas que podrían llegar a los miles de dólares.
Se estima que en Estados Unidos 25 por ciento de la población adulta continúa sin vacunarse.