Los inventos de Thomas Alva Edison aportaron en muchas áreas, como en la energía eléctrica, la grabación de sonido, las películas y la comunicación masiva. Entre los dispositivos más conocidos que desarrolló están el fonógrafo, la cámara de cine y algunas versiones de la bombilla eléctrica, pero eso es solo la punta del iceberg.
En total, el inventor y científico registró 1,093 patentes a su nombre en Estados Unidos, sin contar las que inscribió en Reino Unido, Alemania y Francia. Y entre esas patentes americanas se encuentra un invento que fue diseñado para hacer copias de papel escrito en grandes cantidades. Se trata del mimeógrafo, creación que registró el 8 de agosto de 1876, es decir, hace 145 años.
Esta máquina, que también se conoce como ciclostil, funcionaba con la presión de la tinta a través de los agujeros de una plantilla, la cual se estampaba sobre un papel; esta es la técnica ancestral del esténcil. De esa manera, se lograba duplicar un texto.
Los textos se preparaban con una máquina de escribir y una matriz o plantilla en papel, la cual se impregnaba con tinta por una de sus caras. En un comienzo, estas máquinas duplicadoras eran totalmente manuales, de hecho, contaban con una manivela, pero más tarde se les añadió un motor eléctrico.
La patente del mimeógrafo de 1876 cubría tanto el proceso de duplicación de superficie plana como el bolígrafo que formaba la plantilla. Posteriormente, en 1880, también patentó el “método de preparación de plantillas autográficas para la impresión”.
Si bien Edison registró la patente del invento, fue Albert Blake Dick quien le dio el nombre de “mimeógrafo”. Esto ocurrió cuando obtuvo la licencia de las patentes de Edison y comenzó a producir la nueva máquina, en 1887. Blake era un empresario que fundó A. B. Dick Company, una compañía estadounidense que fabricaba fotocopiadoras y artículos de oficina.
La primera máquina que lanzó la compañía junto al inventor se llamó The Edison Mimeograph, la cual vendió su primer modelo a $12 dólares y fue un éxito rotundo. Era una máquina para documentos escritos a mano que incluía un rodillo de tinta, papel especial encerado para escribir, papel secante, tinta, un bolígrafo y un marco para mantener la plantilla tensa mientras se entintaba. Se supone que una plantilla manuscrita podía hacer 3,000 copias.
El mimeógrafo se utilizó principalmente para imprimir materiales educativos, de oficina y boletines informativos, tanto de iglesias como de clubes. Por otro lado, la máquina también fue usada por personas que realizaban publicaciones de bajo presupuesto y por la comunidad aficionada a la ciencia ficción, quienes se dedicaban en gran medida a la producción de fanzines.
Todo ese material se imprimía con el mimeógrafo, ya que ofrecía una forma eficiente y económica de difundir contenido. Incluso se puede decir que el mimeógrafo fue el precursor del arte ASCII, pues también fue utilizada para crear ilustraciones, con letras y símbolos tipográficos. Era un aparato popular debido a que tanto las máquinas como los suministros estaban ampliamente disponibles en ese tiempo.
Con los avances tecnológicos, el fotocopiado y otros métodos de impresión superaron al mimeógrafo a partir de la década de los sesenta. Sin embargo, es una máquina que se continúa usando en algunas partes del mundo, ya que es barata y algunos modelos ni siquiera requieren electricidad. De cualquier manera, no está mal recordar que mucho antes de la impresora láser que acostumbramos usar, la multiplicación del contenido físico estaba a cargo del mimeógrafo.