La guerra como la conocíamos hace tiempo, con seres humanos en el campo de batalla, está cada vez más obsoleta, ya que además de las ciberbatallas que involucran hackeos a infraestructura crítica, ahora se suma la automatización de las armas, como drones y misiles de largo alcance.
Un informe de las oficinas de la Organización de Naciones Unidas (ONU) indica que el peligro de los robots asesinos independientes ya es una realidad.
En el documento se comenta que en Libia el dron STM Kargu-2 de fabricación turca habría sido utilizado para “perseguir y comprometer remotamente” a los soldados en retirada.
Esta autonomía está programada por supuesto por humanos, que con IA logran dar las instrucciones suficientes para que estos drones de manera independiente se centren, por ejemplo, en objetivos humanos.
Los Kargu 2 fueron presentados en 2017 por Turquía y son fabricados por Defense Technologies Engineering and Trade Inc., más conocida como STM.
Su nombre significa “halcón” y entre sus características se cuenta que están diseñados para la “guerra asimétrica y la lucha antiterrorista”. Con un peso de unos 7 kg, el dron puede permanecer en el aire al menos durante 30 minutos y volar a una velocidad de unos 145 km/h.
El informe de Naciones Unidas dice lo siguiente sobre el peligro que representan estas nuevas armas automatizadas.
“Los convoyes logísticos y las fuerzas afiliadas a Haftar en retirada fueron posteriormente perseguidos y atacados a distancia por vehículos aéreos de combate no tripulados o sistemas de armas autónomos letales como el STM Kargu-2 y otras municiones de merodeo. Los sistemas de armas autónomos letales se programaron para atacar objetivos sin requerir la conectividad de datos entre el operador y la munición: en efecto, una verdadera capacidad de ‘disparar, olvidar y encontrar’. Los vehículos aéreos de combate no tripulados y la pequeña capacidad de inteligencia, vigilancia y reconocimiento de drones con que cuentan las fuerzas afiliadas a Haftar fueron neutralizados mediante interferencia electrónica gracias al sistema de guerra electrónica Koral”.
Estos drones Kargu 2 están programados para distinguir con IA a humanos de transportes logísticos, tanques o furgones, sin embargo, su capacidad está limitada a toda invención humana y a algoritmos que lógicamente podrían cometer errores imperdonables en situaciones de riesgo extremo.