El multimillonario Bill Gates es uno de los principales promotores del desarrollo y la fabricación de vacunas para enfrentar el COVID-19, sobre todo por medio de los aportes de su fundación. Sin embargo, el fundador de Microsoft comentó en una entrevista reciente a la cadena Sky News que no es un buen negocio liberar las patentes para los países en vías de desarrollo.
“Hay un número limitado de fábricas de vacunas en el mundo y la gente se toma muy en serio la seguridad de las vacunas”, explicó. “Mover algo que nunca se había hecho, mover una vacuna, digamos, de una fábrica [de Johnson & Johnson] a una fábrica en India es novedoso, y solo puede suceder gracias a nuestras subvenciones y experiencia”, añadió el filántropo.
Gates establece que más que la propiedad intelectual de cada una de las vacunas, le preocupa que en estas naciones menos desarrolladas no cuiden los procesos de seguridad en su fabricación.
“Hay que hacer pruebas de cada proceso de fabricación —recalca—; deben analizarse de manera muy cuidadosa”.
Las declaraciones del fundador de Microsoft, quien adelanta que en 2022 la humanidad volverá a la normalidad, generaron airadas reacciones entre científicos.
Es el caso de Lori Wallach, directora del Public Citizen’s Global Trade Watch, y de Joseph Stiglitz, profesor de la Universidad de Columbia, que consideran “moralmente incorrecto y estúpido” mantener las barreras de propiedad intelectual para las vacunas contra el nuevo coronavirus.
Tara Van Ho, profesora de Derecho en la Universidad de Essex, planteó algo similar en Twitter:
Gates speaks as if all the lives being lost in India are inevitable but eventually the West will help when in reality the US & UK are holding their feet on the neck of developing states by refusing to break TRIPS protections. It's disgusting.
https://t.co/sNdFanmIKH— Tara Van Ho (@TaraVanHo) April 25, 2021
“Gates habla como si todas las vidas que se pierden en India fueran inevitables pero, eventualmente, Occidente ayudará, cuando, en realidad, EEUU y Reino Unido están poniendo sus pies en el cuello de los estados en desarrollo al negarse a levantar las restricciones del Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio. Es repugnante”, manifestó la docente.