Game Boy Advance es mi consola favorita. Disfruté mucho la GameCube, pasé ratos increíbles con la PlayStation 3 y ni qué decir de la PlayStation 4 y esa maravilla llamada Bloodborne, pero a pesar de que me parece que no hay ningún título de Game Boy Advance entre mis cinco favoritos, igual elegiría a la portátil que marcó mi 2001 con juegos como F-Zero Maximum Velocity, Castlevania Circle of the Moon y, unos años después, Pokémon Ruby.
Game Boy Advance debutó el 21 de marzo de 2001 en Japón. Años atrás compañías como Nintendo y Sony acostumbraban lanzar sus nuevas consolas primero en Japón. Por internet y varias revistas de videojuegos hoy extintas nos enteramos que Nintendo trabajaba en una nueva portátil. Nintendo no acostumbra promocionar sus consolas por su potencia, sino por las experiencias que ofrecen —muy al estilo de Apple—, pero la capacidad del procesador de Game Boy Advance invitaban a soñar. Después de todo, pasar de un procesador de 8 a uno de 32 bits sonaba a un salto cuántico. Y lo fue. Cuando encendí el mío por primera vez quedé impresionado por el boot sound de la consola. El sonido era impresionante y los gráficos eran inimaginables.
Pero, fiel a su estilo, Nintendo se encargó de nutrir ese glorioso sistema de 32 bits con montones de juegos increíbles. Su debut fue increíble, había para elegir entre Super Mario Advance (una reedición del bastardo Super Mario Bros. 2), un F-Zero, un Castlevania y Tony Hawk’s Pro Skater 2 entre otros juegos de relleno. A la postre llegaron títulos maravillosos como Golden Sun, Metroid: Zero Mission, The Legend of Zelda: The Minish Cap, Advance Wars, Wario Ware, sin mencionar las joyas que en su momento pasaron desapercibidas como Astro Boy: Omega Factor.
Estoy seguro que es gracias a que la Game Boy Advance fue una consola tan extraordinaria (que además tuvo la fortuna de envejecer maravillosamente) que por eso atraviesa un resurgimiento, muy alimentado por el coleccionismo y la creciente escena de modders.
Veinte años después, la Game Boy Advance sigue siendo una consola extraordinaria.
Diez de los mejores juegos de Game Boy Advance
Metroid: Zero Mission
La Game Boy Advance no tuvo uno, sino dos juegos de Metroid. El segundo, Metroid: Zero Mission, fue un remake del juego que lo inició todo. Usaba el mismo motor gráfico que Fusion, de modo que pudimos ver Brinstar en todo su esplendor. De manera magistral, el juego incluyó un epílogo que aunque brevísimo, contribuyó mucho a la historia del juego y trajo a la Zero Suit Samus al universo de Nintendo. Imprescindible para los fanáticos de Metroid y una joya para los amantes de los Metroidvania.
Pokémon Emerald
La tercera generación de Pokémon nació en la Game Boy Advance con Pokémon Ruby y Pokémon Sapphire. La región de Hoenn trajo 135 nuevos pokémon, incluido el favorito de muchos: Salamence. Si la generación fue en sí extraordinaria con los fantásticos remakes de Pokémon Red y Pokémon Green, Pokémon Emerald no hizo más que resumir en un mismo juego todo lo que hizo maravillosa a la generación Pokémon de la Game Boy Advance.
Golden Sun
Como toda portátil de Nintendo, la Game Boy Advance fue rica en juegos de rol, incluidas reediciones de auténticos clásicos como Final Fantasy VI y la continuación de la serie de culto Mother. Golden Sun fue una serie totalmente nueva que retomó lo mejor de los RPG clásicos y trajo nuevas mecánicas que lo volvieron un clásico instantáneo.
Astro Boy: Omega Factor
Este shooter side scroller tenía todo lo necesario para triunfar. Un gameplay inmejorable, gráficos fantásticos, jefes memorables y un personaje entrañable. Una joya de culto.
The Legend of Zelda: The Minish Cap
Para seguir el éxito de The Legend of Zelda Oracle of the Ages y The Legend of Zelda Oracle of Seasons, Capcom se encargó de desarrollar un Zelda único que mantiene la rara peculiaridad de ser uno de los pocos que solo pueden jugarse en su consola original. El gameplay involucra un Link diminuto que se inmiscuye en el mundo de los minish.
Advance Wars
La llegada de los juegos de estrategia por turnos de Nintendo a América realmente comenzó con Advance Wars, al parecer del redactor de este texto, el mejor trabajo de Intelligent Systems. Ejércitos comandados por distintos generales se enfrentan en una trama por la salvación del mundo en combates en tierra, mar y aire. ¿Un detalle extraordinario? Dos usuarios podían jugar en la misma consola. Después de todo, cada jugador solo interviene en su respectivo turno.
Castlevania: Aria of Sorrow
Poner Aria of Sorrow en vez the Harmony of Dissonance o Circle of the Moon es una cuestión totalmente subjetiva, sin embargo, el consenso apunta a que el juego debut del héroe Soma Cruz (que volvería en el Nintendo DS) fue el mejor Castlevania de la Game Boy Advance. Un mapa enorme con jefes memorables hicieron de este juego un dignísimo sucesor del clásico de todos los tiempos Castlevania Symphony of the Night.
Super Mario Advance 2: Super Mario World
Uno de los mejores juegos de Mario tuvo una adaptación en la Game Boy Advance.
Wario Ware
Wario Ware es una de esas ideas retorcidas de Nintendo. Básicamente se trata de minijuegos de tres segundos (literalmente) en los que se triunfa presionando un botón casi siempre por reflejos u observación. Varios de los minijuegos eran fragmentos de juegos clásicos de Nintendo. Lo más divertido que podrías hacer en tres segundos.
Metal Slug Advance
El clásico shooter de SNK tuvo una adaptación a la Game Boy Advance, con niveles completamente nuevos. Su mayor defecto es que era corto en comparación con los juegos del Neo Geo, pero a final de cuentas era un Metal Slug hecho y derecho para una consola portátil.