Además de descomponedoras, las moscas también son clave en la polinización y lo han sido al menos desde hace 47 millones de años, concluye un estudio de la Universidad de Viena.
El testigo que sostiene la tesis es una mosca fosilizada hallada en los sedimentos de un antiguo lago en Alemania. Antes de vivir el último de sus días, el insecto se dio un festín de polen. Fue precisamente su glotonería lo que atrajo la atención de los expertos, que notaron que su abdomen estaba abultado.
En su análisis, detallado en la revista Current Biology, los científicos del Departamento de Botánica y Biodiversidad de la Universidad de Viena encontraron que el banquete incluyó polen de distintas variedades de plantas, en las que dominaban granos de Decodon (sauce de agua) y Parthenocissus (hiedra virgen).
Con el hallazgo los científicos reconstruyeron el antiguo hábitat de la mosca. La distribución geográfica de las plantas sugiere que habitó en el bosque que rodeaba el antiguo lago Messel, que ahora es un sitio rico en fósiles. “Es probable que la mosca evitara vuelos de larga distancia entre fuentes de alimento y buscara polen de plantas cercanas”, dsetacó Fridgeir Grimsson, uno de los autores del estudio.
En la actualidad, las abejas, las mariposas y los abejorros son los principales polinizadores. Sin embargo, las moscas también realizan esta función y rara vez se les atribuye esa función clave para la producción de alimentos.
“Las moscas eran importantes polinizadores en ecosistemas equivalentes subtropicales antiguos e incluso podrían haber eclipsado a las abejas”, concluyó Grimsson.