Jack Dorsey, el director ejecutivo de Twitter, se convirtió en el más reciente de una serie de personajes que entró al negocio de los token no fungibles, mejor conocidos como NFT por sus siglas en inglés.
Dorsey publicó en su cuenta de Twitter un enlace a una subasta digital por el derecho a poseer su primer tuit. Al momento de escribir este artículo, el valor del tuit supera los $2.5 millones de dólares.
Los NFT son la última moda en torno a la fiebre global de las criptomonedas que, además de Dorsey, han capturado el interés de bandas como los estadounidenses Kings of Lion o de la versión remasterizada del popular GIF Nyan cat.
— jack (@jack) March 6, 2021
Qué son los NFT
Los NFT son objetos digitales únicos que pueden ser interesantes para coleccionar y, eventualmente, vender a futuro. Son como tarjetas coleccionables virtuales y, como ocurre con las físicas, podrían llegar a valer millones de dólares algún día.
Se les denomina token no fungibles porque son unidades de criptomonedas únicas y que no se pueden replicar. Esto las diferencia de las divisas fungibles (hay muchas y todas son iguales).
En el caso de Dorsey, cuyo tuit se vende en el sitio Valuables, otorga al propietario un “certificado digital del tuit, único porque ha sido firmado y verificado por el creador”.
Cómo funcionan
Los NFT se crean como bloques únicos y exclusivos en la cadena de la plataforma de criptomonedas elegida por el vendedor.
Esta cadena no se puede modificar, nadie puede deshacer la propiedad de un NFT ni volver a crear exactamente lo mismo. Además, cualquiera puede crear, comprar o vender un NFT.
Aunque muchos NFT solo son una imagen digital, la información de su propiedad también reside en la cadena de bloques, lo que hace que sea difícil copiarlos por completo.
En el fondo, se trata de una especie de tarjeta coleccionable puesta en vitrina, donde todos los usuarios de internet pueden verla, pero solo uno es su propietario.
A diferencia de las criptomonedas habituales, en lugar de comprar cierta cantidad de divisas, con los NFT solo se compra uno, que equivale al valor que adquiere el objeto digital.
El tuit de Dorsey no desaparecerá de la vista del público, pero el certificado podría cambiar su valor con el tiempo, lo que podría darle pérdidas –o ganancias– millonarias al comprador.