La imagen del barco que flota en el aire no es falsa. Tampoco es una fotografía con truco. Simplemente se trata de la variación de un fenómeno óptico del que muchos hemos oído hablar: un espejismo.
La imagen fue captada por una persona en el puerto de Falmouth, al sur de Inglaterra. Tras tomar la fotografía, David Morris dijo haber quedado atónito al ver que, aparentemente, un buque petrolero flotaba sobre el mar.
Esta ilusión óptica es conocida como espejismo superior y ocurre por un fenómeno meteorológico llamado inversión de temperatura, en la que una masa de aire caliente se asienta sobre una capa de aire frío. La diferencia entre ambas temperaturas actúa como una lente refractante –un filtro que causa que los objetos luzcan distorsionados– que provoca que un objeto distante aparente flotar.
En la antigüedad, este fenómeno era conocido como Fata Morgana. El término, de origen italiano, alude a la hermanastra del rey Arturo, Morgan le Fay, quien supuestamente era un hada capaz de adoptar distintas formas. Cuando los marineros avistaban este tipo de espejismos, creían que veían castillos de hadas que flotaban en el aire.
El mismo fenómeno que produce el Fata Morgana, aunque a la inversa, es el que produce los famosos oasis en el desierto o los encharcamientos que aparecen sobre las carreteras. En estos casos, sobre la arena o asfalto se genera una masa de aire caliente que se coloca debajo de una capa de aire más fresco, lo que provoca que los rayos del sol se reflejen y se genere una ilusión óptica que asociamos con agua o encharcamientos. Este fenómeno se conoce como espejismo inferior.
Lo cierto es que ni hadas ni castillo y tampoco oasis en el desierto. Todas estas “misteriosas” apariciones no son más que ilusiones ópticas condicionadas por el aire que rodea los objetos a los que enfocamos nuestros ojos o nuestras cámaras.