Los celulares plegables son una tecnología aparentemente nueva para los usuarios. Se podría decir que apenas están en una segunda generación, luego de una primera que no tuvo los mejores resultados. En este contexto, cuento mi primera vez con un celular plegable.
¿En verdad es la primera vez con un celular plegable?
En realidad, ya había tenido en mis manos otros modelos plegables, pero es la primera vez que paso un mes con uno. Hablo del Moto Razr 5G, cuya reseña ya se puede leer aquí.
Me llamó especialmente la atención que cuando se usa el teléfono en público, no se puede evitar que alguien pregunte: “¿Es el nuevo Motorola que se dobla?”. También, uno que otro me dijo: “Parece que tienes una polvera”.
El diseño tipo almeja del Moto Razr 5G es el que puede provocar este último comentario. Si bien está basado en uno de los míticos teléfonos de la firma —el Razr de principios de este siglo—, el móvil de nueva generación luce moderno y elegante. Además, tiene el extra de que es funcional cuando está cerrado, ya que permite desde contestar mensajes instantáneos hasta ver videos en YouTube por medio de su display externo.
Mi queja es cuando el celular está abierto y se quiere reproducir algún video, por ejemplo. Los bordes laterales son pronunciados, no tan cómodos al tacto, por lo que impiden sostener la unidad de manera horizontal por largos periodos.
Ahora, cuando es necesario pasar del modo plegable al de pantalla completa, sí es necesario utilizar ambas manos, sin embargo, eso pasa con la mayor parte de los teléfonos del tipo. No están hechos para usarse con una sola mano.
No se puede negar que el Moto Razr 5G —si se tuviera que resumir— es una gran pieza de ingeniería. Es una unidad sólida en toda la extensión de la palabra, además de ser resistente. Una confesión: el celular se me cayó una vez cuando se estaba cargando —desplegado—, a una altura aproximada de un metro; el golpe lo recibió de “espalda” y mi temor era que hubiera sufrido algún desperfecto en el panel externo. Cuando lo levanté, para mi sorpresa, no presentaba ningún rasguño, lo que podría ser una prueba de que el fabricante realmente puso especial atención en reforzar su nueva propuesta.
No para todos
El Moto Razr 5G no es para todos por su diseño, pero tampoco representa una opción viable por su precio. ¿O quién estaría dispuesto a pagar $1,200 dólares por un celular que tiene como principal característica el poder doblarse?
A pesar de que Motorola dice que ya cuenta con una base de fanáticos de este teléfono, no se puede negar que es un móvil caro si se toman en cuenta sus características técnicas, principalmente su procesador y su batería: Snapdragon 765G y 2,800 mAh, respectivamente.
Estas son especificaciones que se pueden encontrar en unidades de gama media, no en aquellos que superan los $1,000 dólares.
Conforme avancen las generaciones de plegables y se vayan sumando más fabricantes a la categoría, incluso con dispositivos que tengan un display enrollable, es seguro que se podría ver una reducción en los precios finales (tal vez ligera, pero reducción a fin de cuentas).
¿Me cambio de bando?
Me encantó el hecho de que la pantalla externa del Moto Razr 5G tenga más posibilidades de interacción, en lugar de quedarse en un simple visor de información: permite desde tomar una selfie de calidad hasta escribir todo tipo de mensajes con el teclado completo que despliega.
Cuando pasa al modo completo, es decir, cuando tiene la función de un teléfono convencional, se complica desde desbloquearlo hasta subir o bajar el volumen, ya que el sensor y los botones correspondientes no son de fácil acceso.
La pantalla más grande –a pesar de entregar un buen contraste y colores precisos– tampoco ofrece una experiencia diferente a un gama media alta cuando se quiere disfrutar de contenido multimedia.
Sin considerar su precio, que sí sería un exceso para mi bolsillo, el Moto Razr 5G no es un celular que se adapte a mis necesidades móviles, tanto las que tienen que ver con la comunicación como las relacionadas al entretenimiento. Muy lindo que se pueda plegar y que llame la atención afuera, pero le falta ese toque sutil para entregar una experiencia intuitiva y completa; claro, en mi opinión.
Si tuviera que elegir otro de la misma marca, me quedaría con el Moto Edge Plus, con su pantalla con bordes curvos, batería de gran autonomía y buen procesamiento. Este sí, un gama alta que considero completo en toda la extensión de la palabra.