Una función ornamental. Este sería el rol que cumpliría el vello facial que, principalmente, crece en el rostro de los hombres.
Así al menos lo sostiene el libro Stuff You Should Know(Cosas que debería saber), de Josh Clark and Chuck Bryant, famosos por el programa y podcast del mismo nombre.
De acuerdo con la publicación recogida en Wired, los científicos no se han puesto de acuerdo completamente en la función del vello facial, pero todo parece indicar que sería la suposición evolutiva que genera más consenso.
El vello facial –léase barba y bigotes– no tiene ningún rol funcional, a diferencia de lo que ocurre con el cabello (protege el cuero cabelludo), las pestañas (evitan que partículas ingresen a los ojos), las cejas (protegen los ojos del sudor) o el vello corporal (termorregulación).
Incluso el vello púbico (evita la fricción y protege contra bacterias) y el de las axilas (disemina feromonas y reduce la fricción) cumplen funciones biológicas específicas.
Aunque los biólogos evolucionistas pensaron que podría tener fines termorreguladores o profilácticos, una conclusión de esta naturaleza dejaría fuera a más del 50 por ciento de la población: las mujeres.
Función ornamental
De esta manera, la conclusión más lógica es que solo cumple una función ornamental, según el psicólogo evolutivo Geoffrey Miller.
«Las dos principales explicaciones para el vello facial masculino son la atracción intersexual (atraer a las mujeres) y la competencia intrasexual (intimidar a los hombres rivales)», explicó.
Así, la barba y los bigotes envían señales a potenciales parejas (virilidad y madurez sexual), pero también a potenciales rivales (formidabilidad, sabiduría).
La señal que envía el vello facial tiende a ser más fuerte y confiable entre posibles rivales, que hacia las mujeres, según los biólogos evolucionistas.