La agencia de noticias japonesa Kyodo aseguró que autoridades chinas estarían poniendo obstáculos a una investigación externa que busca indagar en la etapa inicial de la pandemia.
La información va más allá y señala que las autoridades de aquel país habrían amenazado a los médicos de la ciudad de Wuhan.
“Les advirtieron que podrían ser castigados por espionaje si revelaban lo que sucedió durante la etapa inicial del brote”, revela la agencia.
La publicación contó el caso de un profesional de la salud al cual le prohibieron referirse a su experiencia en la ciudad cuando recién se dieron a conocer los primeros casos de contagiados.
«Un médico en Wuhan contó que las autoridades sanitarias le dijeron que sería castigado por la ley si revelaba su experiencia, y si se le acusaba de espionaje, se le podría imponer la pena de muerte».
«Las instituciones académicas de la ciudad intentaron mantener registros del virus y el tratamiento de la infección, pero las autoridades obligaron a cancelar el plan», señala la agencia japonesa.
Esta verdadera ley mordaza no se habría limitado sólo al ámbito de la salud, también habría alcanzado otras esferas.
Las autoridades chinas también habrían censurado e incluso detenido a periodistas que intentaron informar sobre el coronavirus.
Esto también incluye a otros profesionales que quisieron narrar lo que ocurría desde un comienzo.
La agencia Kyodo contó el caso de una abogada de 37 años, detenida hace cinco meses y para la cual la fiscalía solicita una pena de cinco años de cárcel por “enviar información falsa a través de textos y videos por WeChat, Twitter y YouTube”.
También hay varios activistas que alarmaron de esta situación, de los cuales se desconoce su paradero.
Una investigación externa permitiría conocer cómo surgió el coronavirus en este país. Si bien, se piensa que la fuente del nuevo coronavirus sería un murciélago, aún se ignora cuál fue la ruta que tomó para infectar a los humanos.
Medios estatales chinos, en tanto, ahora señalan que es poco probable que el virus se haya originado en Wuhan, y afirman que habría sido traído desde el exterior a través de alimentos congelados.