“Pasó de ser un corriente animal, a ser una estrella mundial”, reza uno de los versos de la canción Laika del grupo español Mecano. Un verdadero himno a una perra callejera originaria de Moscú que fue protagonista de una de las mayores proezas del programa espacial soviético.
Este 3 de noviembre se cumplen 66 años de la gesta, el lanzamiento del primer ser viviente al espacio, a bordo de la nave Sputnik 2.
De acuerdo con el sitio Europa Press, los científicos soviéticos optaron por llevar canes de la calle, asumiendo que estos animales habían aprendido a soportar condiciones extremas de frío y hambre.
Vladimir Yazdovsky, director del programa de entrenamiento espacial soviético, aseguraba en ese entonces que la perra elegida era “tranquila y encantadora”.
De acuerdo con National Geographic, le pusieron varios nombres como Limoncito, Ricitos y aquel con el que pasó a la historia: Laika, que significaba “ladradora”.
El Sputnik 2 fue puesto en órbita alrededor de la Tierra a las 02:30 horas UTC del 3 de noviembre de 1957. Se trataba de una cápsula cónica de 4 metros de alto con una base de 2 metros de diámetro.
En su interior contaba con transmisores de radio, un sistema de telemetría, una unidad programable y un sistema de control de regeneración y temperatura en cabina, entre otros instrumentales.
Laika, que pesaba solo 6 kilos, viajaba en una cabina sellada y presurizada con espacio suficiente para que estuviera parada. Un sistema regenerador de aire le proveía de oxígeno; mientras que la comida y el agua se le suministraba en forma de gelatina.
El equipo de científicos sabía que era un viaje sin retorno y que iban a enviar a Laika a la muerte. Más de uno, tras el fin de la Unión Soviética, manifestó sus remordimientos por haberlo hecho.
Pero, como concluye la canción de Mecano: “y si hacemos caso a la leyenda, entonces tendremos que pensar, que en la tierra hay una perra menos, y en el cielo una estrella más”.