Una nueva tecnología de propulsión nuclear promete revolucionar los viajes al espacio, reduciendo el tiempo entre la Tierra y Marte a solo tres meses, informó NewAtlas.
El sistema de propulsión térmica nuclear (NTP) fue presentado este lunes por la empresa Ultra Safe Nuclear Technologies (USNC-Tec) con sede en Seattle. Fue diseñado para la NASA.
Debido a que los cohetes químicos ya están cerca de sus límites teóricos y los sistemas de propulsión espacial eléctrica tienen un empuje bajo, los ingenieros de cohetes continúan buscando formas de construir motores más eficientes y potentes utilizando alguna variante de la energía nuclear.
El problema es producir un reactor nuclear que sea lo suficientemente ligero y seguro para su uso fuera de la atmósfera terrestre, especialmente si la nave espacial lleva tripulación.
Según el doctor Michael Eades, ingeniero principal de USNC-Tech, el nuevo concepto de motor es más confiable que los diseños NTP anteriores y puede producir el doble del impulso específico de un cohete químico. El impulso específico mide la eficiencia de un cohete.
UNSC-Tech utiliza un combustible microencapsulado completamente cerámico (FCM) para alimentar el reactor del motor. Este combustible se basa en uranio enriquecido de alto ensayo y bajo enriquecimiento (HALEU), que se deriva de combustible nuclear civil reprocesado.
La compañía asegura que este combustible es mucho más resistente que los combustibles nucleares convencionales y puede funcionar a altas temperaturas.
Se espera que el nuevo sistema pueda derivar en motores que reduzcan drásticamente los tiempos de las misiones en el espacio profundo.
El NTP está enfocado en el mercado comercial, pero también en la NASA y en el Departamento de Defensa de los Estados Unidos. Esto permitirá que las próximas misiones privadas sean más ambiciosas.
“La clave del diseño de USNC-Tech es la combinación entre las tecnologías de reactores terrestres y espaciales”, señala el doctor Paolo Venneri, director ejecutivo de USNC-Tech. “Esto nos permite aprovechar los avances en tecnología e infraestructura de los sistemas nucleares terrestres y aplicarlos a nuestros reactores espaciales”, concluyó.