El mundo entero sigue lidiando contra la crisis sanitaria originada por el coronavirus. Ya van cientos de miles de fallecidos y el número de contagiados crece cada día. El planeta necesita un respiro de esta grave amenaza.
Afortunadamente, varios laboratorios alrededor del mundo están trabajando para hallar una vacuna efectiva que ponga fin a la pandemia. Ha sido una labor ardua, que debería obtener resultados positivos en un mediano plazo.
Sin embargo, la búsqueda de una vacuna no parece ser el único desafío. Hay otro, asociado a la cura, que tiene que ver con el cómo serán transportadas las millones de dosis a los distintos rincones del planeta.
Un artículo publicado en The New York Times advierte sobre las complejidades de trasladar las vacunas, las cuales deben conservarse a 80 grados bajo cero desde que son envasadas hasta que están próximas a ser inyectadas en el brazo de un paciente.
Esto es, prácticamente, la misma temperatura promedio del Polo Sur durante los meses más crudos del invierno.
Esto supone un verdadero reto logístico, pues es muy probable que las vacunas se desplacen a través de varios continentes hasta llegar a destino, lo cual puede constituirse en una amenaza para la integridad y conservación de las fórmulas.
Las empresas se adaptan
Por lo menos en Estados Unidos, y mientras se espera la aprobación de la vacuna, varias empresas trabajan en la búsqueda de un método apropiado para transportar las dosis. Esto incluiría la incorporación de congeladores en los aviones, camiones de carga y almacenas que servirán como transporte.
«Apenas estamos comenzando a entender las complicaciones que conlleva la entrega…Y no hay vuelta de hoja. Las exigencias de temperatura son muy concretas y eso limitará el acceso y la entrega», señaló J. Stephen Morrison, vicepresidente sénior del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, un organismo de investigación.
El mismo país norteamericano espera tener una vacuna no antes de mediados del próximo año, pese a lo adelantado por Donald Trump, quien fijó como fecha abril del 2021.
De las tres vacunas que han pasado a la fase tres, dos necesitan mantenerse en un estado casi constante de congelamiento extremo, ya que están elaboradas con materiales genéticos que se desintegran al descongelarse.
Otro de los problemas es que la mayor parte de la distribución estará en manos de empresas que no forman parte del ámbito médico o farmacéutico, como UPS Y FedEx, pertenecientes al rubro de envío de paquetes y encomiendas.
De todas formas, estas empresas cuentan con redes de congeladores que utilizan para enviar alimentos perecederos y suministros médicos, y ya cuentan con experiencia en el envío de vacunas contra otras enfermedades.
UPS ya informó que está construyendo una suerte de granja de congeladores en Kentucky, donde podrá almacenar millones de dosis a temperaturas bajo cero. Mientras que FedEx está incorporando congeladores para mantener temperaturas tan bajas como 80 grados Celsius bajo cero en algunas ciudades como Memphis, Indianápolis y París.
También está instalando remolques refrigerados en Oakland, California, Dallas y Los Ángeles que pueden usarse en vacunas que necesitan mantenerse refrigeradas.
Otro desafío parece ser la escasez de hielo seco, sin embargo, ambas compañías aseguraron contar con máquinas que pueden producir hielo seco en sus almacenes. Las empresas también deberán capacitar a sus trabajadores, además administrarles guantes y equipo especial para transportar la mercancía helada.
Como sea, el traslado de las vacunas será un verdadero desafío sanitario para las autoridades y para las empresas a cargo que, en muchos casos carecen de la experiencia para transportar este tipo de mercancías.