El CEO de Google, Sundar Pichai, fue quizás el más nervioso de los cuatro «fantásticos» de la tecnología que se presentaron ante el Comité de Justicia.
Encarado desde el arranque por el modelo de negocios de su buscador, que deja entrar todo, pero luego no deja salir nada como un «jardín amurallado» y además presionado por posibles arreglos con el ejercito chino y por intervenciones y aportes políticos de campaña, el jefe máximo de los de Mountain View se vio titubeante en las respuestas.
El representante demócrata de Rhode Island, David Cicilline fue el más duro con Pichai:
«El problema es el modelo de negocio de Google», dijo, «Nuestros documentos muestran que Google evolucionó de un torniquete al resto de la web a un jardín amurallado que mantiene cada vez más a los usuarios dentro de sus sitios». Cicilline citó correos electrónicos específicos de «hace más de una década» entre empleados de Google discutiendo sitios que estaban creciendo y traficando. Los empleados «comenzaron a temer la competencia de ciertos sitios web [y] páginas web que podrían desviar el tráfico de búsqueda y los ingresos de Google», alegó.
«A medida que Google se convirtió en la puerta de entrada a Internet, comenzó a abusar de su poder», agregó el demócrata.
La respuesta escueta de Pichai fue, «estoy realmente enfocado en dar a los usuarios lo que quieren. Nos comportamos al más alto nivel».
Google niega relación con China
El congresista republicano Ken Buck comenzó a criticar a China por una variedad de violaciones de derechos humanos, incluido el trabajo forzado del grupo minoritario étnico uigur y la recopilación de datos sobre su población, ahí fue cuando dirigió sus dardos a Pichai.
«Google tiene una operación limitada en China, que excluye la mayoría de sus servicios, incluida la búsqueda de Google», sostuvo el CEO de Google.
Además, Pichai aprovechó de desmentir cualquier trabajo para el Ejercito de China, «eso es absolutamente falso».