Una inversión de $260 billones (260,000 millones) de dólares durante una década se necesita para reducir “sustancialmente” los riesgos de una nueva epidemia planetaria, estimó un grupo de investigadores.
El costo de proteger la vida silvestre y los bosques equivale a solo el dos por ciento del daño financiero causado por el COVID-19, calculado en $11.5 trillones ($11.5 billones) de dólares.
Publicado en la revista Science, el análisis señaló que las medidas acarrearían otro beneficio: la disminución de las emisiones de dióxido de carbono responsables del calentamiento global.
En promedio, dos virus pasaron cada año de los animales a los humanos durante el siglo pasado producto de la destrucción de los ecosistemas, por lo que el riesgo es hoy más alto que nunca.
Según la versión de The Guardian, es preciso fortalecer la regulación sobre el comercio de vida silvestre, además de potenciar la vigilancia y el control de enfermedades en animales de todo tipo.
Los expertos también llamaron a frenar el consumo de especies salvajes en China y reducir la deforestación en 40 por ciento de los que calificaron como “sitios clave”.
«Es ingenuo pensar en la pandemia de COVID-19 como un evento que ocurre una vez en un siglo. Al igual que el daño al medio ambiente o el cambio climático, cada vez son más recurrentes”, postuló el director del estudio, el profesor Andrew Dobson, de la Universidad de Princeton.
Su colega Stuart Pimm, de la Universidad de Duke, añadió que “la inversión en prevención bien podría ser la mejor póliza de seguro para la salud humana y la economía global en el futuro. Podríamos detener pandemias antes de que comiencen”.
De la misma opinión fue el jefe de medio ambiente de la ONU, Inger Andersen. “Podemos decir con certeza que acciones adecuadas nos ahorrarán miles de millones en costos futuros y evitará el tremendo sufrimiento que seguimos viendo en todo el mundo”.
The Guardian destacó que el estudio fue realizado por expertos en medio ambiente, medicina, economía y conservación.
“En particular, señaló que las redes de protección de la vida silvestre están muy poco financiadas. En el sudeste asiático, tiene un presupuesto anual de $30,000 dólares, mientras que el organismo mundial que lucha contra el contrabando de especies, CITES, recibe $6 millones de dólares al año”, ejemplificó.