Cuando ocurre una tormenta, la iluminación que producen los relámpagos suele durar unos pocos segundos, pero este no fue el caso en una ciudad argentina.
Hace más de un año, específicamente el 4 de marzo de 2019, el mal tiempo azotó el norte del país, ocasión en la cual los expertos observaron el rayo más extenso jamás registrado.
Según un informe publicado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el fenómeno fue “tan largo como la longitud del coro de la canción Raspberry Beret y superó por más de 10 segundos el anterior récord mundial”.
La pasada marca había sido registrada en Francia el 30 de agosto de 2012 y alcanzó una duración máxima (incluido el destello de luz) de 7.74 segundos.
El relámpago de Argentina tuvo una extensión de 17 segundos y abarcó una distancia aproximada de 500 kilómetros en el cielo.
Según palabras de Randall Cerveny, relator en jefe de la OMM, “estos son registros extraordinarios de eventos únicos en tormentas eléctricas».
«Los extremos ambientales son mediciones vivientes de lo que la naturaleza es capaz de hacer, así como el progreso científico para realizar estas mediciones”, complementó.
El proceso para que se forme un rayo ocurre de la siguiente manera:
- Dos regiones cargadas eléctricamente en la atmósfera se igualan temporalmente.
- Este proceso se intensifica cuando se generan nubes de tormenta, debido a que estas llevan cargas eléctricas.
- Las partículas más ligeras y cargadas positivamente en la parte superior de una nube, sumadas a las más pesadas y negativas que se encuentran en los cúmulos, pueden cargarse simultáneamente y crear rayos gigantescos.
Los expertos se encuentran observando este tipo de fenómenos alrededor del mundo gracias a un método satelital con el que pueden conocer el lugar, duración, destello y distancia de cielo de un relámpago.