Una de las necesidades prioritarias en el contexto de la pandemia actual es la disponibilidad de respiradores suficientes para los pacientes con COVID-19. Esto ha llevado a diversos equipos y centros de investigación de diferentes países a buscar soluciones prácticas, creativas y de bajo costo para este menester. Ejemplo de esto es un equipo internacional de expertos en ingeniería biomédica que ha desarrollado una manera de adaptar las bolsas de reanimación que suelen encontrarse a bordo de las ambulancias y en los hospitales, para convertirlas en respiradores de emergencia.
La invención, que ya cuenta con un prototipo que ha sido sometido a varias pruebas, es resultado de una colaboración entre la Universidad Cranfield, en Reino Unido, y las universidades Georgia Tech y Emory, en Estados Unidos. Actualmente se busca llevar el diseño a una etapa de fabricación amplia en sociedad con la Oficina de Tecnología de la Universidad Emory, ubicada en Atlanta, Georgia.
La forma en que funciona este sistema es adaptando bolsas de reanimación, también conocidas como resucitadores manuales o bolsas autoinflables, para que puedan funcionar enchufándolan a un tomacorriente común o a una batería automotriz de 12 voltios. De este modo, no sería necesario estar oprimiendo las bolsas manualmente, pues ya lo harían de forma automática, además de que podrían servir a dos pacientes al mismo tiempo. Estos respiradores mecánicos pueden funcionar durante días en situaciones de emergencia en las que haya pacientes con COVID-19 para quienes no se cuente con un respirador disponible.
Esta propuesta se suma a las de otras organizaciones y compañías, como Tesla, que actualmente se encuentra enfocando sus esfuerzos en crear respiradores a partir de las piezas de sus automóviles eléctricos.