El mundo se encuentra ante un reto de dimensiones colosales: evitar que la pandemia del coronavirus afecte a un número descontrolado de personas y se llegue al temido colapso de los sistemas sanitarios. Para entenderlo de forma clara: COVID-19 no es, en sí, tan letal como lo han sido otros virus (pero tampoco es tan inofensivo como una gripe), pero el problema reside en que afecta a un sector de la población que puede necesitar, de forma simultánea, una atención urgente y se colapse el sistema. Este infierno lo han vivido en China, Italia y ahora también en España, donde se ha tenido que montar un hospital de campaña de 5,000 camas en un recinto ferial y ocupar hoteles para enfermos y personal sanitario.
Los expertos coinciden en que la única forma de evitar el colapso, dado que los servicios de urgencias son inelásticos, es aplanar la famosa curva; esto es, que los contagiados más graves no lleguen todos de golpe, sino que lo hagan a lo largo de los días y semanas. Esto lo ha logrado Corea, un país que ha logrado mantener a raya el virus sin cobrarse excesivas víctimas y lo persigue Europa con un confinamiento masivo sin precedentes que alcanza ya a casi todo el mundo. Sin embargo, hay algunas voces discordantes y críticas con las consecuencias de un ‘lock down’ masivo y cuentan con un argumento de peso: podría haber muchos más muertos derivados de una crisis económica que directamente producidos por el coronavirus.
La posible ‘receta’ estadounidense
El primer ministro británico Boris Johnson, en su momento, planteó la posibilidad de dejar que COVID-19 siguiera su curso, alcanzara el pico de contagio, y esperar a que la vacuna estuviera lista o el sistema inmunitario humano fuera capaz de hacerle frente. Este planteamiento, por resumirlo de forma muy breve, pasa por ‘sacrificar’ a la población más débil, dado que el pico de afectados sería tan grande que el sistema colapsaría, y no dejar que la economía se frene con un confinamiento masivo. Sin embargo, el mandatario inglés ha tenido que retractarse de estos planes presionado por los expertos y la posibilidad de que, además de un número innecesario de fallecimientos, la crisis llegara por contagio de todas maneras.
En Estados Unidos algunos expertos defienden esta teoría y explican que los muertos por culpa de la crisis derivada del bloqueo económico forzado serían muchos más que los producidos por el virus, y esto nos llevaría de nuevo al controvertido sistema sanitario del país, en el que quien tiene más dinero tiene más posibilidades de vivir frente a la atención universal europea. El país habría llegado ya demasiado tarde, en cualquier caso, como para plantear una cuarentena generalizada como está sucediendo en España y el resto de Europa, así que los expertos plantean un sistema mixto y más centrado en las afecciones directas del COVID-19 ¿En qué consistiría exactamente?
Dos semanas de cuarentena y… vuelta al trabajo
En lo que hay un quórum en la comunidad científica es en la necesidad de aplanar la curva de evolución del virus para evitar que éste provoque muertes innecesarias por no poder atenderse en las UCI (unidad de cuidados intensivos). En este sentido, esta tercera vía plantearía un confinamiento obligatorio a nivel nacional de un máximo de dos semanas, para luego ir poco a poco volviendo a la normalidad. Con estas dos semanas se lograría reducir la velocidad de contagio, pero sobre todo, los afectados tendrían tiempo de recuperarse en sus casa sin ocupar espacio en los hospitales; “sería como una gripe”, como explica David L. Katz, experto en salud pública de la universidad de Yale.
Estas dos semanas con fecha de caducidad reducirían las consecuencias económicas del parón al no existir incertidumbre: todo el mundo sabe que transcurridas esas dos semanas se vuelve a la normalidad. En España, el gobierno decretó el estado de alarma inicialmente durante dos semanas, el máximo que permite la Constitución, pero el Congreso ha aprobado una prórroga sine die en la que ahora mismo nadie sabe muy bien siquiera si podrá irse de vacaciones en verano. Esta incertidumbre ha provocado ya que más de 700,000 trabajadores se vayan temporalmente al paro y las cancelaciones de reservas lleguen en cascada. Lo cierto es que la incertidumbre es total en los países que han optado por el cierre indefinido y la posterior recesión se vislumbra a lo lejos pero… ¿es mejor el escenario mixto que plantean algunos expertos en Estados Unidos?
Joseph A. Ladapo explica, por otro lado, que los estadounidenses, a diferencia de los chinos, son ciudadanos muy defensores de sus libertades y un confinamiento masivo no sería muy bien aceptado. Pero como se ha apuntado antes, tal vez sean demasiado tarde para adoptar esta medida y el país se vea abocado a aplicar un sistema mixto: confinamiento temporal con fecha de conclusión y atención prioritaria a los más afectados ¿Puede el sistema sanitario estadounidense hacer frente al coronavirus con esta estrategia?