Fue en 2007 cuando tomé una de las decisiones más arriesgadas y satisfactorias de mi vida: dejé la seguridad de la nómina por cuenta ajena a trabajar por mi cuenta, un salto al vacío sin red pero nunca me he arrepentido. Dejar el calor de la oficina y la constancia de un horario implica una derivada importante: salvo que puedas permitírtelo, tienes que trabajar desde casa, un cambio no siempre fácil y al que más o menos terminas por acostumbrarte. Sin embargo, trabajando por tu cuenta te transformas en un oportunista siempre al acecho de producir y facturar, y por ello es muy recomendable llevar la mochila a cuestas. Sí, la mochila es el Santo Grial del autónomo que trabaje hasta debajo de un árbol y tras más de una década de experiencia, puedo confirmar que por fin he encontrado la solución perfecta.
No lo dudes: invierte en una buena mochila
¿Cuánto estás dispuesto a pagar por un teléfono? Hoy en día ya nadie se asombra al pagar más de 1,000 dólares (o su equivalente en euros) por algo que, sin dudas, ofrece un gran servicio, pero… ¿cuánto pagarías por una buena mochila? Vaya por delante que he tardado, tal vez, demasiado tiempo en asumir que compensa invertir en algo que nos va a dar un gran servicio a lo largo del tiempo. Y no cabe duda de que una buena mochila compensa.
En mi caso, comencé por mochilas sencillas, sin pagar nunca más de 60 dólares (55 euros), aunque eso sí, preocupándome de que tuvieran los suficientes compartimentos para llevar todo lo que es necesario disponer en movilidad. Mi última adquisición fue una Samsonite expansible y llena de compartimentos que me dio un excelente servicio hasta que no tardé en encontrar dos serios inconvenientes: no era impermeable y quedaba un poco justa de carga, sobre todo cuando me la llevaba en viajes cortos. Lo tenía claro: la próxima mochila debía ser más grande y resistente al agua.
Y casi sin buscar de forma activa una alternativa, di con un vídeo del gran Marques Brownlee, en el que mostraba lo que llevaba en su mochila, una Peak Design que mostraba un aspecto sensacional, pero también su precio era excepcional: 295 dólares (265 euros). Casi me dio un ataque de risa: ¿eso cuesta una mochila? Sin embargo la semilla ya había brotado dentro de mí; aquella mochila reunía todo lo que estaba buscando y, de hecho, iba todavía más lejos. Teniendo en cuenta que paso buena parte de la semana trabajando remotamente en cafeterías, ¿no compensaba invertir en un producto que se adaptara exactamente a mis necesidades?
Y fue Amazon quien me terminó de decidir: un clic bastó para pedir la Peak Design Everyday Pack, respecto de la cual me hice la honesta promesa de devolver en una semana si veía que no compensaba semejante desembolso. Al día siguiente estaba el mensajero en casa y se confirmó el flechazo: lo único que eché de menos es no haberla comprado antes. Esta mochila cuenta con un doble sistema de apertura en los laterales que hacen que el acceso sea sencillo e inmediato sin necesidad de quitársela; es resistente al agua y cuenta con una capacidad de 30 litros, siendo además configurable en su interior a demanda.
Qué no falta nunca en mi mochila
Tras muchos años de experiencia y tras pasar por situaciones complicadas (desde chaparrones hasta quedarte sin batería), por fin he encontrado con una lista de elementos imprescindibles que no faltan en mi mochila:
Computadora y tablet
Nunca salgo sin el iPad Pro de 12.9 pulgadas junto con un teclado Logitech Slim Folio retroiluminado, mi herramienta fundamental de trabajo. Adicionalmente, pero no siempre, suelo usar en ocasiones la MacBook Pro. La Peak Design es lo suficientemente grande como para albergar sin problemas ambos equipos.
Carga de dispositivos
Siempre me acompañan dos battery packs: uno de 10,000 mAh con soporte USB-C con el que puedo cargar tanto iPhone, iPad como la MacBook, y una batería de viaje para el Apple Watch. Junto con todo esto, llevo un conector múltiple con el que puedo combinar todos los puertos (USB o USB-C a Lightning, USB-C etc.).
Meteorología
Alguien que vive en la cornisa cantábrica del norte de España conoce bien que el tiempo puede cambiar radicalmente en cuestión de minutos. Por eso, ahora llevo siempre en la mochila en sus compartimentos un paraguas plegable, además de una chaqueta y pantalones impermeables, pues a menudo me muevo en bicicleta.
Otros imprescindibles
Como comento, la filosofía de mi mochila perfecta es llevar todo lo necesario encima y también en cuestiones no relacionadas con el trabajo. Así, llevo siempre encima un protector solar, seda dental, un prendedor antimosquitos, pastillas para la migraña y un localizador Chipolo, por si algún día ocurre la desgracia de perder la mochila.