Hay que admitirlo: los puertos son un asunto más complicado de lo que debería. Con todos los estándares de USB distintos que existen (más los que vienen), lo difícil es no confundirse. En este artículo comparamos dos de los estándares más comunes de la actualidad: USB-A vs. USB-C. Estar al tanto de sus diferencias es importante para comprender lo que pueden hacer tus dispositivos y periféricos.
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¿Qué es USB-A?
Las conexiones USB «tipo A» se refieren al diseño físico del puerto USB. Cada conexión USB se compone de un puerto en el dispositivo host, un cable de conexión y un dispositivo receptor. USB-A tiene un diseño tradicional de puerto host USB y uno de los más fáciles de reconocer en los dispositivos.
Es un puerto horizontal con la parte «inferior» dedicada a los conectores de pines. Este diseño de conexión USB unilateral hace que solo funcione cuando el cable se inserta de la manera correcta, sin importar cuántas veces tengas que intentarlo.
Curiosamente, no hay ningún puerto host USB-B. El diseño USB-B es el puerto receptor ubicado en los dispositivos que estás conectando a la computadora host. Las conexiones de tipo B también son fáciles de reconocer porque son diseños cuadrados, casi como la forma de una casita. Si observas un cable Tipo A, verás la conexión Tipo A en un extremo y la conexión Tipo B en el otro.
Además, también existen diseños más pequeños, como USB Mini A y USB Micro A, que tienen diferentes diseños de puertos, pero estos no son tan importantes para nuestra comparativa.
USB-A vs. USB-C: en qué se diferencian
USB-C es un nuevo diseño de puerto anunciado oficialmente en 2014, aunque tardaron varios años en llegar a los dispositivos de consumo más extendidos, como estamos viendo hoy. USB-C fue hecho para ser un tipo completamente nuevo de puerto USB que resolvería muchos de los problemas del viejo puerto USB-A. Las características clave de USB-C son:
- Un diseño más delgado que puede encajar en un puerto sin importar en qué dirección lo insertes, creado para reemplazar las conexiones A, B, mini y micro a la vez.
- Una conexión de 100 vatios y 20 voltios que es mucho más potente que el puerto anterior y que puede alimentar cómodamente incluso dispositivos más grandes.
- Potencial para velocidades de transferencia mucho más altas que el USB-A.
- Soporte para la transmisión de energía para que puedas cargar los dispositivos ubicados en ambos extremos (con los cables correctos) y cargar los dispositivos más grandes.
- Compatibilidad con la transmisión de vídeo con una calidad mucho mayor, incluida la capacidad de transmitir vídeo de 4K a una pantalla.
- Compatibilidad con modos alternativos que permiten muchos adaptadores diferentes para conexiones específicas, como HDMI o VG, o tipos más antiguos de conexiones USB.
- Compatibilidad con las conexiones Thunderbolt 3, lo que significa que un puerto USB-C puede funcionar como un puerto Thunderbolt 3 con hardware adicional.
¿USB-C es una mejor conexión?
Con el estándar de datos adecuado (ver más abajo), USB-C es más rápido y versátil que USB-A. Con el tiempo, puedes esperar que las conexiones USB-C sustituyan a todas las conexiones USB-A más antiguas y a puertos similares. Sin embargo, esto probablemente llevará años.
Por ahora, el puerto USB-A tiende a integrarse junto al USB-C en muchas computadoras, para que no haya problemas de compatibilidad. La gente todavía tiene teléfonos inteligentes más antiguos, controles, receptores, televisores, teclados y todo tipo de periféricos que requieren una conexión USB-A/B.
La mayoría de la gente no quiere comprar un adaptador solo para hacer que el USB-C sea compatible con todos sus dispositivos. A medida que se dejan de utilizar los más antiguos, el USB-C se convertirá en el puerto de acceso que todo el mundo utilizará (ya estamos viendo cómo esto empieza a suceder en algunos sectores).
¿Dónde encaja USB 3.1 en todo esto?
USB 3.0 o 3.1 se refiere a protocolos de datos específicos para conexiones USB: en lugar de describir el puerto físico, describe qué tipo de datos puede manejar el puerto. Con la llegada del USB 3.0 se produjo un cambio notable, que requirió una modificación del diseño del USB-A para que pudiera adquirir más capacidades y velocidades más rápidas.
USB 3.1 se divide normalmente en USB 3.1 Gen 1 y USB 3.1 Gen 2 y ofrece muchas de las mejoras de datos que soporta USB-C, incluyendo velocidades de hasta 10 Gbps y nuevas capacidades de carga.
Para hacer las cosas más confusas, los puertos USB-A y USB-C pueden soportar una variedad de estándares, desde USB 2.0 hasta USB 3.1 Gen 2. Peor aún, no todo el mundo utiliza los mismos nombres para estos protocolos, por lo que USB 3.1 Gen 1 es a veces llamado USB 3.0. La novedad es que el USB 3.1 es compatible con todas las demás conexiones USB, aunque puede ser necesario un adaptador para los puertos USB-C. También deberás asegurarte de que tus cables y dispositivos USB soporten las capacidades de datos de la versión 3.1 cuando sea posible.
¿Ya tienes dolor de cabeza? Simplifiquemos las cosas con algunos puntos importantes para recordar:
- USB-A y USB-C pueden tener distintos estándares de datos (hasta USB 3.1), los cuales indican la capacidad de soportar datos.
- USB 3.1 es compatible con otros estándares, aunque se pueden necesitar adaptadores, lo que lo convierte en un buen estándar a tener en cuenta.
- Solo una conexión USB-C puede utilizar todo el potencial de USB 3.1 Gen 2.
- Los cables y dispositivos también deben ser compatibles con el estándar de datos USB: si tienes un puerto USB 3.1, el cable y el dispositivo conectado también deben ser compatibles con el estándar 3.1 para aprovecharlo al máximo.
Pero aquí no termina nuestra comparativa USB-A vs. USB-C ni el lío de conexiones y nomenclatura: el estándar USB 3.2 ya está en camino y hará que las cosas sean aún más confusas con diferentes tipos que tienen sus propios nombres.