“Un momento, que ajusto la cámara”. James Kendrick no interrumpe la grabación mientras los espectadores del vídeo ven temblar la pantalla y comprueban cómo el zoom se acerca y se aleja cuidadosamente hasta dar con la toma perfecta.
“¿Está bien así?”. Este blogger, en los orígenes del fenómeno en la red, comprueba que el ángulo es perfecto y continúa el análisis. Ni hay varias tomas, ni hay edición posterior y, por descontado, la calidad en excepcionales ocasiones alcanza los 480p. Sí, para los nativos de la generación de Instagram y el fragor de YouTube parece que cuesta reconocer una realidad: toda la sensacional difusión de la tecnología que tenemos hoy se la debemos a unos pioneros a los que ahora queremos rendir tributo.
En realidad, ahora resulta relativamente fácil hacerse youtuber y analizar productos. La dificultad reside en alcanzar a la audiencia, pero antes suponía todo un reto tener una cámara decente, por no hablar de una conexión a internet sólida. ¿Quiénes fueron los primeros artífices de la difusión didáctica de la tecnología? Son muchos, pero hemos querido homenajear a esta selección.
James Kendrick, la esencia del purismo
Aunque cueste recordarlo, hubo un tiempo en el que no existía el iPhone, ni tampoco Facebook, ni -por descontado- conexiones de banda ancha generalizadas. En aquella época, los que amábamos la tecnología bebíamos la información con ansia, porque llegaba a cuentagotas; eran muy pocos los blogs que la distribuían y muchos menos los que publicaban vídeos. Los más veteranos recordarán sin dudarlo a JK, creador del mítico blog JKOnTheRun, que con la colaboración de Kevin Tofel, analizaba los distintos gadgets de una manera tan personal y característica que, con franqueza, no he vuelto a encontrar en la web. El momento cúspide de su carrera llegó cuando GigaOM adquirió su blog, pero el cierre de este sitio hizo que Kendrick acabara escribiendo en ZDNet. La imborrable luz de Kendrick se fue apagando a medida que los problemas de salud acechaban, hasta que falleció a finales de 2018. Fiel a sí mismo, JK se fue sin hacer ruido y en una situación económica muy complicada. “En un mundo de idiotas y de autobombo, James era un caballero y un profesional», escribió su amigo y lector Andy Bramson.
Leo Laporte, la irreverencia como valor
Si hay algo que tienen todos los protagonistas que destacamos hoy es su autenticidad: se alejan de lo políticamente correcto y expresan las cosas tal y como las ven, lo que hace que muchos de ellos tengan que terminar en sus propios medios. Y eso no es malo. Leo Gordon Laporte es un excelente ejemplo de esta raza de bloggers que creció aprendiendo de sí mismos y siendo muy fieles a su trabajo. Es posible que muchos de los que leáis estas líneas ni conozcáis algunos de estos nombres, pero su legado nos acompaña. ¿Por qué fue relevante Leo Laporte? Este emprendedor continúa liderando su propio proyecto, TWiT, ajeno a los vaivenes del mercado; Leo nos deja una visión muy personalizada de la tecnología, un fuerte carácter que intenta disimular en antena (y que le ha granjeado no pocos enemigos), pero -sobre todo- una capacidad didáctica que pocos han alcanzado.
David Pogue, una visión histriónica de la tecnología
¿Por qué tomarse en serio la vida y, por extensión, la tecnología? Cuando YouTube todavía no era nada y las redes sociales eran solo un boceto en alguna servilleta de Silicon Valley, algunos ya libraban la guerra por su cuenta difundiendo este mercado. Cómo no incluir a David Pogue, exitoso presentador, autor, divulgador y cualquier otro desempeño que termine en ‘or’ y que se te ocurra. Es un genio en la comunicación y ha creado su propia escuela. ¿Por qué es relevante su figura? David Pogue iba para músico, pero los derroteros de la vida le llevaron hacia el mundo de la tecnología y ¡hey! ¿Por qué no dar un toque histriónico a algo tan atemorizante como la tecnología en sus primeros años? Y ahí estaba: una cámara en su jardín y un guion propio para cada película en la que se analizaba el producto como un proyecto propio. Simplemente genial. Su legado lo sigue en su propio estilo la no menos genial Joanna Stern en el Wall Street Journal.
Kevin Tofel, el discípulo que se convirtió en maestro
Hemos reservado la primera plaza en este listado al inigualable James Kendrick, pero su trabajo fue seguido muy de cerca por Kevin Tofel, en su momento, su discípulo y mano derecha. Tofel y Kendrick eran uña y carne, pero sus destinos se separaron en un punto del camino y el discípulo trazó su propio sendero, aunque -eso sí- heredando el estilo genuino y personal del primero. Tofel heredó también el conocido podcast de Kendrick Mobile Tech Round Up, que ahora mantiene con cariño y cuidado e incluso pasó por Google como trabajador, aunque lo suyo siempre ha sido la experimentación y compartir experiencias. Este es posiblemente su gran valor: en los albores de la tecnología ya andaba conectando por tethering una BlackBerry con su UMPC, y de forzando las cosas añadiendo Linux o demás plataformas a los equipos. Un grande que mantiene su propio estilo.
Chris Pirillo, “solo necesito una cámara”
Imagina encender tu computadora y saber que tienes un canal disponible las 24 horas del día con una persona que aparece y desaparece, pero está ahí, en rabioso directo compartiendo contenido sin parar. Pues bien, esta locura la llevó a cabo durante varios años en Ustream nuestro protagonista y tan solo necesitaba una cámara conectada en la que iba debatiendo con sus seguidores que comentaban mediante entradas de texto. Uno sabía que Pirillo estaría siempre ahí, y así ha sido a lo largo de los tiempos. Ahora que hablamos de tiempo, si apagaste tu computadora en 2013 viendo a Pirillo y la volvieras a encender ahora, comprobarías que no ha cambiado absolutamente nada: este genial divulgador parece haber bebido un brebaje que le garantiza la eterna juventud, puesto que sigue igual que siempre. Lo que tampoco ha cambiado es el espíritu inquieto y compulsivo de este personaje que iluminó a toda una generación con su aparente sobredosis de cafeína: tras emprender múltiples proyectos de éxito, escribir varios libros, ahora ha terminado en Intel en el área de comunicación y… to be continued.
Genios, irrepetibles y únicos, este listado parece compuesto por figuras que no volverán y de las que hemos tenido (y tenemos) el privilegio de disfrutar. Víctimas del clickbait y el éxito a corto, los divulgadores actuales parecen más obsesionados por el número de suscriptores y vanagloriarse de su propio éxito que de ser fieles a sí mismos. Menos mal que estas figuras han mostrado que otra forma de divulgación es posible…