Ya nos avisó en su momento: algunas de sus largas noches estaban tamizadas con Ambien, un potente somnífero para insomnes empedernidos que, en ocasiones, provocan ciertos estados de amnesia y desinhibición. No sabemos si esta es la circunstancia que afecta a Elon Musk y tendemos a creer que es su genialidad la responsable de tantos alocados proyectos, pero lo cierto es que Neuralink, su última criatura, nos ha dejado boquiabiertos. De una persona que nos quiere transportar a Marte y transformar para siempre la automoción y el transporte terrestre, no debería sorprendernos ya nada. Pero… ¿qué es exactamente Neuralink?
Se trata de un proyecto del empresario que vio la luz por primera vez en 2017, pero que se ha visto eclipsado por SpaceX, Tesla y demás aventuras de Musk. Sin embargo, el estadounidense nos ha puesto al día con los últimos avances de una compañía que pretende -disculpen por la crudeza- ‘cablear’ el cerebro para conectarlo a una computadora. La primera reacción resulto inevitable: ¿conectar el cerebro humano a una máquina? Ni en el peor de los escenarios de Terminator nos podíamos plantear un escenario así… Sin embargo, pronto comprendí que mi reacción se había quedado muy corta de miras.
Las puertas a un mundo mejor… si lo mantenemos bajo control
Tras el primer impacto no tardé en darme cuenta de que, en realidad, ya habíamos ‘cableado’ otras partes del cuerpo, y gracias a ello, se salvaban millones de vidas en todo el mundo. Me refiero a los marcapasos, implantes cloqueares…y si me apuras, aunque suene ridículo, una prótesis de cadera o rodilla, o hasta unas lentes de contacto. ¿Qué son si no? Se trata de unos elementos físicos que acoplamos a nuestro organismo para lograr una calidad de vida mejor. Y de hecho, se logra. Pues bien, Elon Musk plantea exactamente eso: una manera de conectar el cerebro mediante un sistema de cables a una computadora, para lograr mejorar la calidad de vida a gente con algún tipo de discapacidad.
Imagina una persona con una discapacidad que le impide cualquier tipo de movimiento lograr manejar computadoras o teléfonos mediante impulsos de su cerebro y reducir, de esta manera, su aislamiento. En este sentido, la novedad que plantea Neuralink es el empleo de un sistema finísimo de cableado que se encargaría de la transmisión de información entre el cerebro y la computadora, y una vez establecida esta conexión, las posibilidades del sistema resultan infinitas. Y como suele ser habitual en Elon Musk, la presentación no es un brindis al sol, sino que detrás ya se han llevado pruebas con éxito con primates, y el plan es llevarlas a cabo con humanos el año que viene.
Exprimiendo las posibilidades del cerebro
Para una persona con una seria discapacidad motriz, el anuncio de Elon Musk es como un soplo de aire fresco que abre una ventana a la esperanza pero… ¿se quedarán Neuralink y los proyectos que surjan al calor de este lanzamiento en una parte médica o terapéutica? Sospechamos que no, sino que será solo el preludio del ‘brain hacking’ o manipulación del cerebro a nuestro interés para obtener su máximo rendimiento.
Imaginemos, por ejemplo, que contáramos en nuestra mente con un sistema basado en inteligencia artificial que, más allá que basándonos en experiencias previas o la intuición, pudiéramos tomar decisiones en base a datos empíricos acumulados por millones de personas. Imaginemos que, al volante de nuestro vehículo, nuestro cerebro nos impida acelerar en una curva cerrada en una noche lluviosa ya que llegamos tarde. ¿Por qué? Porque este sistema basado en IA alertaría de un accidente inminente ante esa decisión.
Puede parecer ciencia ficción, y en parte lo es, pero lo cierto es que Elon Musk vive ya en un mundo que no parece el nuestro y esta visión no contaminada puede ayudar a todos a evolucionar. ¿El peligro? El mismo que advirtió en su momento el propio Musk: la inteligencia artificial sin control puede resultar una seria amenaza para la humanidad, y es por ello que deben establecerse bien las bases, sobre todo ahora que la podemos conectar a nuestro cuerpo.