Una antigua historia del comediante y músico Henny Youngman habla sobre un doctor que le dio a un hombre seis meses para vivir. Pero al darse cuenta que no podría pagar su factura médica en el transcurso de ese tiempo, le dio otros seis meses más. Esa broma resume más o menos una disputa reciente en el mundo académico con respecto a la publicación de un nuevo estudio. El documento argumenta que lo que pensábamos que se sabía acerca de la máxima edad de vida humana, de hecho, podría estar equivocado.
A finales del año pasado, un artículo científico publicado en Nature por investigadores de la universidad Albert Einstein College of Medicine argumentó que la vida máxima de los seres humanos está determinada, que hay un estancamiento en 115 años, y que «las probabilidades de que alguien en el mundo sobreviva a 125 en cualquier año dado es menos de una de cada 10,000».
Siempre que la salud se mantenga, vivir hasta la larga edad de entre 115 y 125 años puede sonar bastante bien para algunos, pero el estudio ha sido sujeto a una refutación de biólogos en la Universidad McGill de Canadá, que también fue publicada en Nature. Ellos argumentan que no hay evidencia de un límite y que, aunque tal límite pueda existir, no se ha encontrado aún.
«Hemos examinado la edad de las personas más viejas en morir, ya que se pueden obtener informes confiables hasta los tiempos modernos», dijo a Digital Trends el Dr. Siegfried Hekimi, uno de los autores principales del estudio. «En contraste con otros que pensaron que podían distinguir un estancamiento alrededor de la edad de 115, mostramos que no se puede observar tal paro. Lo que significa que, en la medida en que alguien pueda decirlo, la edad de los individuos más antiguos en morir podría seguir subiendo, al igual que el promedio de vida va en aumento, al menos en países como Canadá”.
Hekimi señala la forma en que la esperanza de vida ha aumentado a lo largo de los años. Señala el progreso, desde 1920 cuando un canadiense promedio vivía durante 60 años, a uno nacido en 1980 que se estima que podría vivir 76 años, hasta uno nacido hoy que podría vivir 82 o más.
«Nuestro trabajo nos dice que cuando las condiciones de vida mejoran de una manera extraordinariamente buena, entonces es probable que suba la esperanza de vida media y máxima», dijo Hekimi. «¿Qué quiero decir con condiciones de vida extraordinariamente buenas? Me refiero a suficiente comida, abrigo cálido en invierno, refugio fresco en el verano, vacunas, alcantarillado, alimentos frescos no contaminados durante todo el año, y trabajos mucho más ligeros”.
En última instancia, por supuesto, la esperanza de vida promedio va a ser más significativa que la esperanza de vida máxima. Y en el caso de este argumento, solo el tiempo dirá quién tiene la razón.