Cuando la National Geographic movía pirámides con equipos de edición a principios de 1982, las técnicas digitales de edición de fotografía ¡eran muy básicas.
Hoy en día, sin embargo, Photoshop es una herramienta muy común y las fotos manipuladas son mucho más difíciles de detectar.
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Susan Goldberg, la editora jefe de National Geographic, compartió recientemente la postura de la revista ante las imágenes manipuladas y cómo se detectan o se ven. La fórmula para detectar una falsificación es simple: National Geographic pide los archivos RAW.
Con las fotos RAW se puede hacer un seguimiento de los ajustes realizados en las imágenes. Detectar una foto RAW manipulada es más simple que mirando un archivo JPEG alterado. Y como el tipo de archivo RAW difiere entre las cámaras, un simple «Guardar como» resulta ineficaz.
Si bien el suministro de archivos RAW puede ser un método simple, Goldberg dice que no siempre es tan fácil detectar las imágenes que han sido alteradas. Los únicos ajustes de Photoshop que permite la publicación son los cambios que muestran cómo el fotógrafo veía la escena real.
Por ejemplo, la cámara no siempre puede capturar los colores con precisión, ya sea a través de un balance de blancos incorrecto o una limitada gama de sensores de las cámaras digitales. Pero añadir o quitar elementos de la escena, por el contrario, supondrá directamente que esas imágenes sean rechazadas.
Junto con la foto de la pirámide de 1982 que fue alterada, otra reciente controversia también ha puesto el foco en Steve McCurry que, usando Photoshop, modificó una imagen que se había tomado para la portada clonando partes del fondo para hacer encajar una foto tomada en horizontal en un espacio vertical.
«En la era digital, cuando resulta tan fácil manipular una foto, es más difícil que nunca garantizar que las imágenes que se publican, ya sea en papel o en la web, muestren la realidad que el fotógrafo vio a través de su visor,» escribió Goldberg.
Mientras que la foto RAW original ayuda a identificar las imágenes trucadas o manipuladas, dicho procedimiento no siempre se puede realizar. En 2010, la revista publicó una foto de sus colaboradores de Your Shot y después descubrió que la imagen había sido alterada. Si la foto RAW no está disponible, Goldberg dice que la firma hace muchas preguntas sobre la captura, incluso si la foto es de Your Shot. La revista también pide a los escritores y fotógrafos sus notas originales.
No obstante, aunque Goldberg asegura que la revista se ha comprometido a no repetir los errores del pasado (como la alteración de la foto de la pirámide horizontal en 1982), decidir dónde están los límites del retoque es muy subjetivo.
«Uno de nuestros fotógrafos presentó recientemente una foto a un concurso», explica Goldberg, pero “fue rechazada por estar sobre-procesada, sin embargo, nuestros editores vieron la misma foto y les pareció que estaba bien y la publicamos. ¿Estábamos nosotros en lo cierto o el jurado del concurso? Ese es un tema que podemos seguir discutiendo”, concluye.