Todos lo recordamos bien: cuando éramos pequeños nos encantaba disfrutar de las películas o series de televisión basadas en ciencia ficción en las que veíamos fascinados cómo los protagonistas se comunicaban mediante videollamadas o viajaban en vehículos voladores. Series como The Jetsons (Los Supersónicos) nos hacían disfrutar de una forma divertida de todos estos futuristas avances. Bien, han pasado los años y ahora conviene plantearse la reflexión: ¿no estamos viviendo ya en una sociedad del futuro?
Muchos de los elementos que hemos asumido como futuristas en las películas se han hecho hueco poco a poco y de forma silenciosa en nuestra realidad cotidiana; posiblemente no al ritmo ni velocidad que hubiéramos deseado, pero la realidad es que están ya aquí. Vamos a analizar parte de lo que vimos en Los Supersónicos para comprobar lo lejos (o cerca) que estamos de ese futuro.
Videollamadas
Esto te puede sonar a risa: ¿videollamadas? FaceTime, Skype o WhatsApp, son ya tan cotidianos en nuestro día a día que este formato de comunicación, pese a no ser del todo mainstream, es ya una realidad cotidiana entre nosotros. De hecho, en algunas circunstancias ha llegado a remplazar la necesidad de llevar a cabo reuniones. Esta forma de comunicarnos nos acerca más a nuestros allegados, sobre todo cuando una distancia física nos separa, y su uso sigue disparándose a pasos agigantados.
De hecho, en la serie Los Supersónicos subestimaron la capacidad del futuro en el desarrollo: los equipos actuales para efectuar llamadas de vídeo son mucho más compactos que los pudimos ver en la conocida serie, y esto es solo un avance, puesto que con la llegada de la realidad aumentada podría resultar que en breve podamos hacer videollamadas en 3D.
Robots aspiradores
En la serie, la familia disfrutaba de un montón de avances tecnológicos que les ahorraban muchísimo tiempo en el mantenimiento doméstico, y así, Jane, la madre, solo necesitaba pulsar un botón para que un brazo robótico lavara y planchara la ropa. Desde luego, todavía no hemos llegado a ese punto en el que un robot haga la limpieza de casa por nosotros… ¿o tal vez sí?
Los robots aspirador como Roomba son cada vez más cotidianos y básicamente llevan a cabo tareas que antes nos corresponderían únicamente a nosotros. Los múltiples sensores de estos populares equipos hacen que esquiven los obstáculos en casa, eviten caer escaleras abajo y puedan limpiar sin problemas en total oscuridad para luego volver, obedientes, a su punto de carga.
Comida preparada de forma automática
En la serie, con la pulsación de un par de botones, en unos pocos segundos la comida para toda la familia estaba lista, muy lejos de las horas que ahora necesitamos para la preparación de determinados platos caseros. En los tiempos que vivimos estaríamos horrorizados por la cantidad de aditivos y químicos que aparentemente empleaban en estas comidas, eso está claro, pero qué cómodo resultaba.
Bien, ahora tampoco nos encontramos en esa situación idílica, pero de alguna forma nos hemos acercado un poco a ella: los robots de cocina como Thermomix permiten confeccionar platos sofisticados en poco tiempo, sin manchar cazos y todo dentro de un mismo dispositivo. Por otro lado, los preparados alimenticios como Huel van poco a poco ganando adeptos en una sociedad con cada vez menos tiempo.
Robots asistentes
En Los Supersónicos, el robot doméstico Rosie se encargaba prácticamente de recordar todo y mantener el orden de la casa con su diligencia y memoria prodigiosas. Pues bien, no tenemos de momento ‘rosies’ en nuestros hogares, pero sí podemos adquirir ya algo bastante similar: las bocinas inteligentes tipo Amazon Echo.
Estos dispositivos emplean la inteligencia artificial para ahorrarnos muchísimo tiempo ya sea leyendo mensajes importantes para nosotros, indicando la predicción del tiempo antes de que salgamos a la calle, despertándonos, encendiendo calefacción o luces por nosotros… En definitiva, muchas tareas solo limitadas por el evidente hecho de que no se pueden desplazar, sino solo emplear la voz.
Higiene personal
En la serie nos encantaba ver cómo nada más despertarse, los personajes eran catapultados desde sus camas a unas cintas transportadoras donde eran aseados y vestidos convenientemente para afrontar la jornada (incluyendo un vigoroso cepillado de dientes gracias a un brazo robótico que salía de la pared para la tarea).
Bien, por suerte para nuestra salud, estamos muy lejos de semejantes niveles de vagancia, pero de alguna forma sí hemos adoptado parte de esos avances de ficción. Así, los cepillos eléctricos de dientes son ya una realidad entre nosotros y ofrecen una limpieza muy superior a la alcanzada de forma manual, en mucho menos tiempo.
Como apuntamos, la ciencia ficción que vimos en esta y otras series, de alguna manera está más cerca de nuestra realidad cotidiana de lo que pensamos. Y sí, lo que todavía nos falta por ver son automóviles voladores, aunque incluso esto también parece que es solo una cuestión de tiempo…