Millones de personas utilizan diariamente el botón de «comprar» en Amazon. Ya sea que quieras libros, dispositivos, algún juguete novedoso, o casi cualquier cosa que se te ocurra, como una casa o cabaña estilo tiny house, puedes hacerlo solo con un par de clics en tu teléfono, tableta o computadora. Y si tienes un dispositivo con Alexa, incluso puedes pedir usando tu voz.
Tan solo un par de días más tarde, lo que compraste llega hasta tu puerta, o incluso a tu automóvil. Pero, ¿alguna vez te preguntaste cómo Amazon puede llevar hasta tus manos las cosas tan rápido?
Dado que Amazon ofrece visitas y recorridos por sus almacenes y centros de distribución, decidimos dar un vistazo detrás de escena para conocer todo el proceso, y lo que vimos nos sorprendió. Todo lo que sucede entre el momento en que haces clic en «comprar», y el momento en que tu artículo se carga en el camión para la entrega, es aún más rápido, más fresco y más eficiente de lo que habíamos imaginado. Esta fue nuestra experiencia.
Una especie de «ciudad del futuro»
Al ver la interminable «biblioteca» del inventario de Amazon, que se almacena en el centro de distribución de 855,000 pies cuadrados en Kent, Washington, no pudimos evitar una expresión de asombro. El gigantesco almacén que recorrimos se sentía como una ciudad del futuro en miniatura, con cajas que viajaban a altas velocidades por cintas transportadoras entrecruzadas, como si fueran vehículos que se desplazaran de una estación a otra.
La mayoría de los empleados en los centros de distribución de Amazon pueden empacar un artículo en cuestión de segundos.
Lo primero que se ve después de cruzar las puertas, es una arco de entrada de 12 pies de altura, cuidadosamente construido y artísticamente fabricado -como no podía ser de otra manera- con cajas de envío de Amazon.
A la izquierda del arco se encuentra un modelo de cartón del “Space Needle», la icónica aguja espacial de Seattle, en honor a los inicios de la compañía y al hecho de que este centro de distribución, a pesar de tener solo un par de años, está muy cerca de la sede mundial de Amazon.
Sin embargo, esto no mantendrá tu atención durante mucho tiempo, porque este masivo edificio de múltiples niveles está lleno de cosas asombrosas. Se pueden ver cintas transportadoras de alta velocidad que zumban por encima y en frente tuyo, tienen miles de robots que se mueven en una especie de baile sincronizado y empujan metódicamente estantes de productos, y existen toboganes retorcidos que parece que pertenecen a un parque infantil, pero en realidad sirven para que los paquetes se deslicen y encuentren los camiones en los que serán cargados para su entrega.
Es sin duda un espectáculo impresionante y vertiginoso, y es aún más asombroso si tenemos en cuenta que éste es solo uno de los más de 100 centros de Amazon de tamaño similar en todo el país, y se siguen construyendo más. En todo el mundo, el gigante en línea tiene más de 150 de estos edificios, con configuraciones de flujo de trabajo similares.
«Definitivamente, hemos encontrado una forma de hacer que el sistema sea muy eficiente», dijo Lindsay Campbell, gerente de relaciones públicas de Amazon para robótica, a Digital Trends.
Los robots son excelentes bailarines, pueden dar vueltas y moverse sin chocarse con las cosas que los rodean.
Danza de robots
Imaginemos que quieres ordenar un producto a través de Amazon. Luego de realizar tu orden, el artículo que elegiste podría provenir del centro de distribución más cercano a la ciudad donde te encuentras. Sin embargo, dependiendo de qué marca específica o producto hayas solicitado, podría también partir de una instalación en otra región o incluso otro estado. Los algoritmos de Amazon determinan el lugar, dependiendo de la proximidad y la disponibilidad del artículo que elijas.
Una vez que se determine la ubicación de tu pedido, el centro de distribución asignado para cumplir con la orden entra en acción. En las instalaciones de Kent que visitamos, robots que parecen aspiradoras gigantes, llamados «drive units», o unidades motrices, se envían para seleccionar el artículo que ordenaste y sacarlo de una torre amarilla llena de productos, que se asemeja a un estante de aproximadamente 15 pies de alto.
Los robots se colocan autónomamente debajo de la torre y la levantan con cuidado, siguiendo las líneas guiadas en el piso para moverlas de una manera sistemática. Es fascinante ver cientos de estos robots moviéndose en perfecta sincronía y sin golpearse entre sí, para realizar su labor a la perfección y llegar hasta los empleados que están listos para continuar con el proceso.
«Nuestros centros robóticos son los más eficientes, y tienen la mayor cantidad de asociados en ellos», dijo Lauren Lynch, vocera de Amazon, quien nos guió en la gira. «Los robots, o unidades motrices, son excelentes bailarines, pueden dar vueltas y moverse, y asegurarse de que no choquen con las cosas que las rodean».
Más rápido de lo que te imaginas
De vuelta al producto que ordenaste, éste viaja cuesta abajo dentro del recipiente amarillo hasta llegar a los embaladores (humanos), quienes lo levantan de la cinta transportadora, escanean el artículo, y empiezan a empacarlo en una caja. Una computadora en la estación muestra qué caja elegir, y dispensa automáticamente la cantidad correcta de cinta de embalaje. La mayoría de los empleados en los centros de distribución de Amazon pueden empacar un artículo en cuestión de segundos.
Todo el proceso es aún más rápido, más fresco y más eficiente de lo que habíamos imaginado.
Nuevamente tu orden se mueve, esta vez ya dentro de una caja y en una cinta transportadora diferente, que lleva el paquete a través de una máquina que se parece a un dispositivo de estampado gigante. La máquina escanea el artículo, luego imprime instantáneamente la etiqueta con la dirección correcta, y la adjunta al paquete.
Ahora en una caja y etiquetada con tu dirección, tu orden se coloca en otra cinta transportadora, que empuja los paquetes hacia abajo, y los coloca en el tobogán correcto para que se deslice hasta el área apropiada. Los empleados humanos se hacen cargo nuevamente, cargando las cajas en montacargas, carretillas elevadoras, y finalmente en camiones. ¡Y listo! El producto que ordenaste está en camino hacia tu casa.
Entonces, desde el momento que presionas “comprar”, ¿cuánto tiempo lleva todo el proceso de selección, empaquetado y carga?
«Puede ser menos de 30 minutos», fue la respuesta.
¿Dónde quedó el osito?
Quisimos saber qué tan rápido viajan las cintas transportadoras. Nuestra guía en el tour no nos dio una respuesta directa, sino que nos contó un par de interesantes situaciones. Por ejemplo, nos dijo que Amazon colocó una vez cámaras GoPro en varios contenedores para filmar los artículos que se encuentran dentro, mientras giraban alrededor de las extensas cintas transportadoras. El problema con el que se encontraron fue tratar de recuperar los contenedores con las cámaras, pues, debido a su velocidad, a menos que detuvieran todo el sistema de carreteras, fue extremadamente difícil. Al final, lo lograron.
Otro experimento, cuyo resultado aún está en debate, es que en otra ocasión pusieron un osito de peluche en uno de los contenedores amarillos, solo para ver qué tan rápido viajaba de un lado a otro de la instalación. No está claro si el oso fue encontrado alguna vez, aunque algunos aseguran que se movió más rápido de lo que esperaban y no pudieron localizarlo.
Amazon promete que las cosas que compras no terminarán como ese oso de peluche. «Desde el momento en que se realiza un pedido hasta el momento en que está en el camión, es un proceso eficiente y rápido», nos dijo Lynch. Y, durante nuestra visita, lo pudimos comprobar.