Era 1987. Hiroshi Yamauchi, entonces presidente de Nintendo, anunciaba que la compañía trabajaba en la sucesora del Famicom, el Super Famicom. Un entonces desconocido Ken Kutaragi, a la postre conocido como “el padre del PlayStation”, estaba involucrado en el proyecto. Tenía el encargo de diseñar el chip que hizo posible piezas emblemáticas como el opening de Super Metroid, pero tenía que hacerlo bajo secreto porque la filosofía corporativa de Sony no incluía los videojuegos, concebidos como una moda pasajera. Pero Kutaragi, con el visto bueno del entonces presidente de Sony, Norio Ohga, finalizó el encargo y entregó el chip SPC700.
Aquella mancuerna entre Nintendo y Sony evolucionaría a un proyecto futuro. Nintendo, siempre seducido por los periféricos que extienden las capacidades de sus consolas, visualizaba otro aditamento similar al Famicom Disky System —un periférico para el Famicom que usaba disquetes en vez de cartuchos—, ahora para su Super Famicom. Como Sony era el mandamás del CD-ROM y la colaboración con Kutaragi había sido fructífera, Yamauchi comenzó a negociar.
Ese acuerdo de colaboración entre Nintendo y Sony terminaría siendo la Nintendo PlayStation. El pacto señalaba que Nintendo podría lanzar juegos en su tradicional formato de cartuchos, pero también en discos compactos llamados Super Disc. Parte de la idea era competir contra el Mega CD de Sega, que entonces mantenía una férrea competencia con Nintendo. Por su parte, Sony tendría el derecho de producir una consola de videojuegos bajo su propia marca y compatible con los cartuchos del Super Famicom o SNES en América.
Lo que siguió fue un movimiento que cambió la historia para siempre. Yamauchi decidió buscar a Philips para desarrollar aquél periférico con discos compactos. Nunca existió tal periférico, pero de esa colaboración surgieron rarezas como Hotel Mario y dos juegos de The Legend of Zelda. De la abortada colaboración con Sony también surgió otra rareza, pero también la emblemática PlayStation.
La Nintendo PlayStation
Solo Hiroshi Yamauchi y Norio Ohga saben cómo acabó la relación entre ambas compañías. Lo que sí sabemos es que, fiel al contrato que terminó siendo cancelado, Sony presentó en el Consumer Electronics Show (el CES) de 1991 una consola llamada PlayStation. Tenía exactamente lo pactado con Nintendo: una unidad de discos compactos, un lector de cartuchos y hasta una réplica del control del Super Famicom que en vez de llevar el nombre de Nintendo llevaba un título que a la postre se volvería legendario, PlayStation.
Aquel acuerdo terminó en el basurero de la historia. Pero el desprecio o desconfianza de Yamauchi empoderó a Kutaragi y a Sony, que siguieron con el desarrollo de la PlayStation. Tres años después de esa presentación en 1991, Sony lanzó la PlayStation y despedazó en ventas al Nintendo 64 y al Sega Saturn.
De la emblemática Nintendo PlayStation, de la que produjeron solo algunos prototipos, no quedaron más que algunas fotografías y las escasas y cotizadas unidades que se han vendido subastadas hasta en $360,000 dólares.