Telegram se ha consolidado como una de las principales plataformas de mensajería en línea, una que suele tener picos de usuarios cuando WhatsApp presenta alguna falla. Encima, por años se ha construido una imagen positiva de ser una plataforma que respeta y cuida la privacidad de sus usuarios. Por eso alcanzó cierta viralidad una entrevista hecha por el conocido derechista Tucker Carlson al fundador de Telegram, Pavel Durov, en la que dijo ser el único gerente de producto de una compañía que emplea a solo “unos 30 ingenieros”.
La confesión generó una microrrevolución en redes sociales, y es que si Durov quería enviar el mensaje de ser una compañía sumamente eficiente, expertos en ciberseguridad mostraron su preocupación en torno a si, con una base de empleados tan reducida, puede ser realmente una plataforma segura.
“Sin cifrado de punto a punto, un gran número de usuarios vulnerables y servidores ubicados en Emiratos Arabes Unidos, eso suena como a una pesadilla en términos de seguridad”, dijo a TechCrunch Matthew Green, experto en criptografía por la universidad Johns Hopkins.
A diferencia de plataformas como WhatsApp o Signal, por defecto, todos los chats en Telegram no cuentan con cifrado de extremo a extremo, de modo que si la conversación es interceptada, un tercero podría tener acceso a los datos sensibles compartidos en la app. No obstante, los usuarios pueden habilitar un “chat secreto” para proteger sus conversaciones con cifrado de extremo a extremo.
Pero el problema, dicen los expertos, es que Telegram es más que una plataforma de mensajería y más una especie de red social. “Hay una enorme cantidad de información ahí, ‘30 ingenieros’ significa que no hay nadie para atender un requerimiento legal o que no hay infraestructura para atender problemas de abuso o moderación de contenido”, dice a TechCrunch Eva Galperin, directora de Ciberseguridad en la Electronic Frontier Foundation.
“Si fuera un hacker definitivamente pensaría que con subes noticias, todos los atacantes aman a una víctima con poco personal”, agrega.
La respuesta de Telegram
Luego del revuelo causado por las declaraciones, un vocero de Telegram dijo a TechCrunch que Durov se refería exclusivamente al equipo que trabaja en la infraestructura de la app, y que hay otros 30 trabajadores en el “equipo clave” de la empresa.
Telegram también rechazó que la empresa tenga centros de datos en Emiratos Árabes Unidos.
No obstante la aclaración, no es la primera vez que expertos en ciberseguridad acusan a Telegram de tener una seguridad deficiente. Varios de los señalamientos radican en que, a diferencia de WhatsApp, las conversaciones en Telegram no están cifradas de extremo a extremo a menos que los usuarios activen esta función.
Por otra parte, otros expertos en ciberseguridad agregan que los costos de mantener las plataformas seguras son altísimos. No discuten cifras, pero sugieren miles de millones de dólares. “Requiere un gasto enorme y muchas personas”, dice el experto en ciberseguridad @SwirftOnSecurity en X.