Nintendo no es una compañía que fracase con sus productos. La mayoría de las consolas que crea se cuentan como éxitos, incluso aparatos como la Wii U o el GameCube fueron más tropiezos que fiascos.
Pero con Virtual Boy, Nintendo sí que fracasó. Introducida un 21 de julio de 1995, la consola se trató de un producto cuya novedad no fue suficiente para interesar a las personas. La Virtual Boy alcanzó a estar un año en el mercado antes de que Nintendo la descontinuara; en total vendió menos de 800,000 unidades. Para tener un parámetro, en un año vendió menos unidades que la Nintendo Switch en un mes cualquiera.
¿Qué tipo de consola era exactamente Virtual Boy? Como la primera parte de su nombre lo dice, se trató de una consola de realidad virtual construida alrededor de una especie de casco con dos lentes que mostraban imágenes estereoscópicas. Los juegos de Virtual Boy no eran realmente en entornos 3D, como los que aparecerían más adelante en Nintendo 64, sino juegos de corte tradicional en dos dimensiones a los que se les daba un pronunciado efecto de profundidad.
El Virtual Boy, al igual que su “hermano” Game Boy, mostraba imágenes monocromáticas. Así como la portátil original tenía combinaciones entre verde y gris, Virtual Boy hacía lo propio con rojo y negro. De acuerdo a los reportes de entonces, Nintendo tuvo la intención de que esta consola mostrara imágenes a color, pero aquello resultaría en una consola demasiado cara. Si la novedad eran las imágenes tridimensionales, el color se podía pasar por alto
La segunda parte del nombre de Virtual Boy resultó también complicada. La Game Boy era portátil; Virtual Boy, no realmente. Y ni siquiera se quedaba a medio camino, ya que el sistema era grande y requería montarlo sobre una mesa para poder usarlo. La comodidad no era parte de las virtudes de Virtual Boy.
Pero quizá más aterrador aun era el hecho de que Virtual Boy, al igual que los cascos de realidad virtual modernos, podían generar mucha incomodidad luego de un tiempo de uso. En 2021, ni siquiera los visores más cómodos y con mejor tecnología de pantalla permiten sesiones de uso demasiado extensas; en 1995, los colores rojo y negro de los juegos de Virtual Boy eran realmente molestos luego de un rato.
Todo lo anterior podría haberse pasado por alto si el catálogo de la consola hubiera sido mejor, pero la situación en el lanzamiento de Virtual Boy resultó en todo lo contrario. A diferencia de otras plataformas de Nintendo que se lanzaron con Super Mario Bros. (la NES), Tetris (Game Boy) o Super Mario World (Super NES), Virtual Boy llegó con pocos juegos realmente interesantes o llamativos.
De partida, la mayoría eran títulos en 2D tradicional con ciertas adaptaciones para darles profundidad, como el caso de Mario Clash o Virtual Boy Wario Land. Otros, como Teleroboxer, simulaban un entorno tridimensional con perspectiva en primera persona, pero casi sin movimiento alguno. Y en general, la mayoría de juegos no pasaron de ser una curiosidad.
En total, se lanzaron 22 títulos para Virtual Boy, de los cuales solo 14 llegaron a occidente. Desde el primer momento, en Nintendo debieron intuir que la situación no iba a ser tan exitosa como con sus otras consolas: tanto las reseñas de la época como las personas que compraban la consola coincidían en que se trataba de un sistema incómodo de usar y que los juegos no eran tan interesantes como para pasar por alto dicha incomodidad.
Por ende, a nadie lo sorprendió cuando en 1996 Nintendo dejó de fabricar y vender esta consola. Ni el mundo ni la tecnología estaban preparados para lo que proponía; eso se hizo evidente cuando dos décadas más tarde, pues los visores de realidad virtual han logrado un uso más extendido. Nintendo, por su parte, no volvería a intentarlo con este tipo de imágenes estereoscópicas hasta 15 años después, cuando la Nintendo 3DS se lanzó con una idea similar pero ahora a todo color, en formato realmente portátil y sin necesitar de un casco o lentes especiales.
Dicen que de todo fracaso se aprende y sería interesante saber qué lecciones sacó Nintendo de Virtual Boy, aunque una de ellas parece más o menos evidente: con realidad virtual, nunca más (hasta ahora).