Ubisoft está apostando a que las experiencias de integrar videojuegos con juguetes físicos aún no han terminado, y lo demuestra con Starlink: Battle for Atlas. Inventados por la serie Skylanders, los juegos que integran juguetes coleccionables interactivos mejorados con sensores NFC, conocidos como “toys-to-life”, causaron furor durante varios años, pero la emoción se disipó después de que Disney abandonara la publicación de videojuegos por completo, al cerrar la serie Infinity.
Mientras que los videojuegos anteriores trajeron juguetes interactivos relacionados a personajes individuales, Starlink va más allá, al tener también juguetes no solo para cada nave espacial que puedas pilotear, sino también para pilotos y armas intercambiables que se ajustan a las alas. La demostración nos impresionó lo suficiente cuando debutó en E3 2017 para que Digital Trends le otorgue el premio al Mejor Hardware del Año.
Este año fuimos prácticos, y probamos el juego nosotros mismos. Desafortunadamente, aunque es divertido y creativo, parece que Starlink es más genial conceptualmente de lo que es en la práctica. Esta fue nuestra experiencia.
Explorando el espacio
Starlink tiene lugar en el sistema solar Atlas, que incluye siete planetas y una variedad de otros puntos de interés para que explores, como naves espaciales abandonadas y campos de asteroides. Nuestra demostración se llevó a cabo en Sonarus, un mundo rodeado de sonido y salpicado de grandes cristales. Comenzando en la órbita, volamos hacia el planeta hasta que atravesamos la atmósfera a medida que el paisaje se hacía más claro.
La historia de Starlink gira en torno a los intentos de derrotar a una fuerza siniestra que se ha apoderado del sistema Atlas. Un objetivo nos guió hacia un gran extractor mecánico que estaba arrojando una nube de humo tóxico a la atmósfera. Eso afectó nuestro motor de vuelo y nos obligó a descender a tierra. El extractor resultó ser una torre alienígena mecánica, rodeada por torres más pequeñas, y albergaba a enemigos que nos dispararon.
Nos encontramos en una batalla de videojuegos totalmente típica, con brillantes puntos débiles rojos en las torres circundantes que, al dispararse, exponían temporalmente el centro rojo brillante al que debíamos atacar. Todo está bien ejecutado, pero muy familiar. Una segunda pelea contra un gran alien en movimiento se sintió de la misma manera, ya que tuvimos que disparar a puntos específicos en sus extremidades para debilitarlo temporalmente, y revelar su brillante vientre rojo. Al dispararle en esa área, la batalla fue ganada. Divertido, pero nada original.
De la pantalla a la vida
Sin embargo, la característica principal de Starlink, por supuesto, son los componentes intercambiables de la nave, y ahí es donde los detalles comenzaron a mostrarse literalmente. Según lo prometido, pudimos intercambiar armas en el juego al reemplazar físicamente los componentes que hacen clic en cualquiera de las alas del juguete. Sin duda, es una buena idea cambiar partes en un objeto físico y ver la correspondencia virtual inmediata, pero la verdad no estamos convencidos de que haya agregado mucho a la experiencia.
La acción se detuvo cada vez que quitamos algún componente, presumiblemente debido a lo frustrante que sería tirar una pieza accidentalmente mientras jugabas y perder tu arma en el juego, pero esto eliminó algo de la inmediatez del efecto. Si tienes que entrar en un menú de todos modos, intercambiar partes físicamente comienza a sentirse un poco inconveniente. Los componentes del arma tampoco nos parecieron interesantes ni distintos, reduciendo su atractivo inherente como juguetes.
Nuestra Opinión
Starlink: Battle for Atlas es una evolución interesante del género de toys-to-life, y un videojuego de acción espacial sólido y accesible. Sin embargo, la posibilidad de intercambiar piezas de naves, que es la supuesta atracción principal que lo diferencia sobre la mayoría de otros juegos, no ha mejorado la experiencia, y hasta podría quitar la emoción de la acción.
La exploración del espacio y los mundos alienígenas, cada uno con flora y fauna distinta, es bastante similar a No Man’s Sky, pero Starlink tiene un alcance más específico y contenido personalizado. Es una buena idea, y está bien ejecutada, pero no estamos convencidos de que la suma de sus partes, y la inclusión de juguetes físicos, sean suficientes para justificar un esfuerzo que implica mucha más interacción innecesaria que un juego típico.