Los últimos días he visto a mi hija de seis años jugar Princess Peach: Showtime!. La película de Super Mario Bros., con el tratamiento que se dio a Peach de convertirla más en un personaje útil que simplemente en la princesa a salvar, debió hacerla más atractiva para mi hija.
Luego jugamos Super Mario Wonder y generalmente elegía a la princesa. Se hizo fan, pues. Por eso cuando supe del lanzamiento de Princess Peach: Showtime! le prometí que lo tendría. Jugamos la demo días antes del lanzamiento. Mostró confusión durante los primeros minutos, cuando debe hablar con los Theets (unos personajes que me recuerdan a La Familia Burrón) para poder entrar a los escenarios, pero cuando accedió a las obras, que son básicamente los niveles del juego, quedó encantada con las transformaciones.
Ahora es común verla haciendo las poses triunfales de Peach cuando termina los niveles y dice piece of cake.
Princess Peach: Showtime! es un juego de plataformas que basa su atractivo en su protagonista, quien se transforma para adquirir habilidades de vaquera, repostera, detective o ninja. La historia es bastante simple: Peach y Toad van a un teatro que acaba siendo secuestrado por una bruja. Para poder ver las obras, Peach debe convertirse en la protagonista de cada una de las historias… algunas son westerns, otras son detectivescas, otras son historias de ninjas, pero todas son solamente un pretexto para delinear cierto tipo de gameplay. Por ejemplo, cuando eres ninja puede camuflarse para pasar desapercibida, mientras que cuando juega como detective tiene una refinada intuición que le permite resolver misterios. Nada me parece particularmente brillante, ni un solo nivel tiene ni de cerca la creatividad magistral que exhibe Super Mario Wonder, pero a juzgar por los ojos de mi hija, captura exactamente lo que ella esperaba de la princesa Peach: una heroína que lo puede todo.
Espero estarme comunicando de forma clara. Creo genuinamente que Princess Peach: Showtime! es un buen juego. Probablemente de no ser por mi hija no habría encontrado razón alguna para asomarme al juego, pero esto me hizo recordar una de las principales razones por las que juego videojuegos: mi papá.
No pretendo llevar esta reseña a un introspectivo, solamente quiero decir que disfruté mucho de ver a mi hija jugar y de ayudarla con los jefes de cada nivel. Algunos me hicieron pasar varios minutos tratando de resolver cuál era su punto débil, así que creo que también sería honesto decir que el juego supuso cierto reto para un adulto de 36 años que lleva décadas jugando videojuegos. Al final, todo se reduce a que vi a mi hija feliz disfrutando de un juego en el que su personaje favorito de Super Mario salva al reino de La Familia Burrón de una malvada bruja que termina siendo como un clon de Andros de Star Fox.
En fin, que si tienes alguna pequeña o pequeño en casa que sea fan de la princesa Peach, creo que definitivamente van a disfrutar de Princess Peach: Showtime! Mi hija sigue jugándolo, y no precisamente porque quiera sacar todas las estrellas de cada nivel (como las monedas violetas de los juegos de Mario Bros.), sino porque los niveles le parecen fascinantes. Además, le gusta cambiarle el color de los vestidos. Princess Peach: Showtime! también me recordó al niño que fui y que se sorprendía con algo tan simple como cambiarle el color del traje al monito del juego.