“Mario y sus amigos tienen la gracia de verse bien en 1080p en la época del 4K y los 120 cuadros por segundo”
- Es atractivo
- Fácil de entender
- Un montón de minijuegos
- Pocos tableros
- Pocos personajes
Si Mario Party Superstars fuera un álbum musical, sería algo así como un compilado de los grandes éxitos de la serie. Pero como yo nunca he sido devoto, mi prueba de fuego fue jugarlo con mi esposa, quien resultó que nunca había jugado un Mario Party. ¿Qué hay que hacer?, preguntó después de elegir a Yoshi. Le respondí que era como un juego de mesa, como El juego de la oca, y que había que juntar estrellas y monedas. Todo es con minijuegos, subrayé.
Si también es tu primer Mario Party, entiéndelo como un juego de mesa para cuatro jugadores. Inicias tirando un dado que determinará cuántas casillas avanzarás. Puedes caer en algunas donde recibirás un premio o en otras donde terminarás con un castigo; también hay power ups como un dado mágico con el que eliges cuántas casillas quieres avanzar. Cuando todos los participantes tiraron su dado, juegan un minijuego; quien gana, recibe monedas que sirven para comprar una estrella que aparece en algún punto del mapa. Gana quien acaba con más estrellas.
Entonces, después de “replicar un poco El juego de la Oca” sobre un tablero que era el pastel de cumpleaños de la princesa Peach y jugar con mi esposa un minijuego en el que hicimos pasteles juntos al presionar un botón de forma alternada, le pregunté si Mario Party Superstars le gustaba y por qué. No titubeó y dijo que porque era sencillo y bonito. Ni qué discutirle: la mayoría de los minijuegos se resumen a apretar un botón, mover la palanca y ejecutar una acción simple. Igual me consta que entre los iniciados a Mario Party el nivel de competencia se puede poner bastante alto.
Sobre lo “bonito” se refería a lo visual. Mario y sus amigos tienen la gracia de verse bien en 1080p en la época del 4K y los 120 cuadros por segundo. Los mapas de tonos pastel o monocromáticos como Space Land son adorables y es difícil no tener alguna reacción ante las situaciones de los personajes (Bowser te roba, por ejemplo). Luego, en un detalle sin mayor intención que alegrarlo a uno, hay una opción para mostrar unos stickers con mensajes en pantalla. Incluso hay un Mario que dice: “¡¿Queeeeeeeeé?!”.
Mientras jugábamos todo era risa y diversión hasta que le robé la estrella que había ganado. Se enfadó. Empecé a ser menos patán y dejarla jugar. Al final yo tenía la delantera, pero al terminar la partida Toad da estrellas al esfuerzo y quién sabe qué tantas pavadas más. Ella ganó y durmió satisfecha con su estrella al esfuerzo.
Al otro día, antes de dormir, me preguntó si quería volver a jugar.
Muchas canciones de pocos álbumes
Para seguir con la analogía de Mario Party Superstars como un álbum de grandes éxitos, lo primero que destaca es que la selección de minijuegos —que serían las canciones— es bastante amplia. Hay 100, son muy variados y comprenden algunos de los títulos de Mario Party que salieron en la Nintendo 64 y la GameCube. Como soy una bestia competitiva, mis favoritos son Derbi de bólidos, Patinaje sobre hielo y Me libro del libro (caray, sigo pensando que la traducción y adaptación al español de los juegos de Nintendo es fantástica), pero al jugar con mi esposa los que más disfrutamos fueron los que se juegan en equipos de dos, como Fábrica de pasteles y Come-pizza.
Igual, que haya un montón de minijuegos hace notorio el contraste de la cantidad de tableros disponibles, que es de apenas cinco. Si Mario Party fuera una banda, qué barbaridad, todos sus álbumes serían dobles. Tampoco es que haya muchos personajes para elegir (hay 10) y se notan algunas ausencias poco justificables, como Bowser, mientras que otras inclusiones no terminan de convencerme, como Birdo (Birdo sí, pero Bowser no).
Pese a mis críticas, me parece que la colección de 100 minijuegos garantiza que cada que juegues sentirás que las partidas son diferentes. Después de jugar un par de sesiones con mi esposa encontré que apenas hemos probado 57 minijuegos, así que, ciertamente, Mario Party Superstars tiene un montón de contenido, aunque no es del todo homogéneo.
La mejor opción familiar
Que Mario Party Superstars le haya gustado a mi esposa habla mucho sobre qué esperar del juego. Yo nunca me he desvivido por la serie y soy más de Smash o Mario Kart, pero me parece fabuloso que pueda jugarlo con mi esposa y que mi hija de tres años lo intente. Viéndolo en retrospectiva, ponernos a jugar antes de dormir nos hizo ver como esa escena familiar que tanto le gusta al marketing de Nintendo. Así que, si tienes una Switch y familia, amigos o roomies con quienes jugar, Mario Party Superstars debería estar en tu colección.