Sayonara Wild Hearts te espera con una sorpresa en cada rincón, cambiando sus propias reglas de juego
Lo bueno
- Mucho estilo
- Controles accesibles que acompañan perfectamente
- Banda sonora embebida a los escenarios
- Historia sutil pero intrigante
Lo malo
- Tener que esperar meses para jugarlo por completo
Sayonara Wild Hearts es una creación del estudio Simogo, las mentes detrás de títulos como Year Walk y DEVICE 6, junto con Annapurna Interactive, distribuidora que nos trajo What Remains of Edith Finch y Florence, entre tantos otros. Siguiendo con la filosofía de traer experiencias que salen de lo común, aquí estaremos en el antifaz de «The Fool», un personaje que hace referencia a la carta de tarot del mismo nombre. Y viviremos distintos escenarios entre sí, todos potenciados por música vibrante y una estética que enamora. Te contamos todo lo que pudimos experimentar de esta propuesta durante E3 2019.
La historia nos habla sobre un universo que existía más allá del nuestro hace muchos años, en donde tres arcanas de tarot lo supervisaban. Todos vivían en armonía hasta que una arcana maldita, junto con sus secuaces, la robaron por completo. Ahora reside dentro de sus corazones viles. Justo antes de que el trío de arcanas original se desvaneciera por completo, mandaron a una carta salvadora a un lugar lejano, esperando que algún día fuera lo suficientemente fuerte para volver y salvar a su mundo.
Aquí es donde llega The Fool, representada por una mariposa bastante particular que llega a la habitación de una joven. De repente, todo empieza a cambiar alrededor, y ella es transportada a un mundo muy distinto al nuestro. Utilizando una patineta, comenzamos a coleccionar corazones y dar saltos a través de autopistas etéreas que no hacen más que cambiar de forma. Así comienza Sayonara Wild Hearts, y déjenme decirles que la experiencia sólo se pone aún más alocada con el tiempo.
Todo está enfocado en luchar contra los secuaces hasta llegar a la arcana maldita principal, quienes tienen nombres como Dancing Devils, Howling Moons, Stereo Lovers, Hermit 64 y Little Death, presentadas con su propio logo, estética y música. Todo en el juego tiene mucho estilo, y al igual que el gameplay, se encuentra en un estado constante, por lo que no encontrarás dos niveles iguales.
El primero nos llevaba a recorrer este lugar con una patineta, pero luego también pasamos a estar flotando por escenarios en forma de corazones, reuniendo items para incrementar nuestro puntaje. Al final de cada nivel, somos premiados con una clasificación, y es posible volver a jugarlos de forma independiente para romper nuestro propio récord. Luego vemos a la protagonista andando en motocicleta, esquivando obstáculos en lo que parecen ser las calles de San Francisco, cada una con grandes elevaciones y curvas cerradas. Y allí es donde aparece la primera banda enemiga a la que nos enfrentamos en la demo, las Dancing Devils.
Los cambios constantes de Sayonara Wild Hearts tomaron otro protagonismo aquí, alternando entre secciones de pelea donde teníamos que apretar un botón en el momento indicado como si fuera un videojuego rítmico, dándonos más o menos puntaje dependiendo de qué tan precisa sea nuestra reacción a cada quick time events, a varios otros.
Las reglas cambian constantemente, y es lo mejor de Sayonara Wild Hearts
En un momento estamos yendo a toda velocidad, para luego ver a la protagonista realizando movimientos aeróbicos mientras esquiva objetos en la carretera. Luego, puede que estemos esquivando una espada o bolas de fuego. En un abrir y cerrar de ojos pasamos a flotar por encima de lo que antes solía ser la carretera, pero ahora se rajó la tierra revelando su interior.
Es todo muy peculiar, pero no deja de darnos sorpresas a nivel gameplay, y por sobre todo en aspectos visuales y sonoros. Todo tiene una paleta de colores particulares. Todo tiene su canción. Y ambas congenian en un solo ser, con los ritmos respondiendo a cada golpe. Las luces de neón plagan cada una de las ventanas de los edificios, los vehículos externos son apenas obstáculos secundarios. Nunca estamos sujetos a objetos reales. Las reglas cambian constantemente, y es de lo mejor de Sayonara Wild Hearts.
Luego de estar varios días viendo todo tipo de videojuegos de alto perfil, títulos como este nos recuerdan que a veces innovar y dejarse llevar por historias originales dan resultados asombrosos. Y, además de ser un juego más bien independiente, su forma de encarar el gameplay es más bien clásica. Las secciones de juego pueden ser resueltas con simplemente moverse esquivando o coleccionando objetos, mientras que todo lo demás es llevado a cabo pulsando un solo botón.
Simogo trae influencias de las épocas de arcade en las que todo era más simple, y uno se dejaba llevar por la presentación de un juego dentro de un salón sin saber qué esperar de la experiencia en sí. Ese tipo de descubrimiento constante y los controles accesibles son lo que le dan identidad a Sayonara Wild Hearts. Y no podemos esperar a vivirlo por completo.