El gamer piensa que Bethesda Game Studios y la filial rusa SoftClub deben poner una etiqueta en su juego que advierta los riesgos de adicción. Por ese motivo, el hombre ha pedido 500,000 rublos de compensación (alrededor de $7,050 dólares) por daños psicológicos.
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“Si yo hubiera sabido que este juego era tan adictivo, habría procedido con más cuidado”, dijo el hombre en una entrevista. “No lo habría comprado o lo habría guardado hasta que saliera de vacaciones o hasta el año nuevo”.
Si la denuncia avanza, sería la primera vez que un caso de adicción a un videojuego llega a las cortes rusas. El resultado marcaría un precedente en la industria de juegos de ese país. Otros jugadores podrían demandar, en el futuro, a los desarrolladores por daño psicológico.
Desarrolladores en otros países están lidiando con problemas parecidos. En los Estados Unidos, un residente de Hawaii, Craig Smallwood, demandó a NCSoft por no haber colocado una etiqueta de advertencia en su videojuego Lineage 2. Smallwood afirma que las 20,000 horas que jugó al videojuego le causaron ansiedad y trastornos psicológicos, por lo que habría sido hospitalizado.
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