Creo que Hyrule Warriors: Age of Imprisonment me produce la misma cantidad de dopamina que a muchos les producen los videos de TikTok. Tal vez no me la genera en 10 segundos como lo haría un video de –inserte aquí su categoría favorita de TikTok–, pero fulminar batallones enteros de mogoblins o guerreras gerudo usando los combos más sencillos que recuerdo en un juego de acción en años se ha convertido en mi opción predilecta para jugar en mi Switch 2 cuando tengo 20 minutos, básicamente mi tiempo promedio como adulto (presuntamente) responsable.
Pura dopamina

Mi primera impresión sobre Hyrule Warriors: Age of Imprisonment fue que el juego luce hermoso. Gráficamente se nota el esmero que puso AAA Games Studio en dominar el engine de Breath of the Wild y lo bien que este luce en un hardware con mejores especificaciones. Esa fue mi impresión al ver los pasillos que sirven como arenas de combate… hago la acotación porque la verdadera “carnita” del juego está en las peleas multitudinarias.
Hyrule Warriors: Age of Imprisonment es un juego de acción hack’n slash del tipo musou, un subgénero que se caracteriza por tener que enfrentar hordas de enemigos que buscan conquistar partes específicas de un mapa. Así que no esperes un combate pausado como el de Breath of the Wild o Tears of the Kingdom, sino peleas frenéticas en las que, en minutos, habrás derrotado a cientos de oponentes presionando repetidamente dos botones. Si estos juegos no son lo tuyo, quizá Age of Imprisionment no sea para ti.
Lo cierto es que lo es para mi. Amo el género de los hack’n slash, aunque mi primer musou fue Hyrule Warriors Legends… en 3DS. El juego funcionaba bien, pero el hardware limitado ralentizaba un gameplay que para disfrutarse debe ser fluido. Bueno, Age of Imprisonment es la redención de un juego que, según entiendo, tampoco se jugaba del todo bien en Switch.
Quizá debas matizar tus expectativas sobre los combates multitudinarios. Digo quizá porque cuando pienso en estas peleas imagino algo con la calidad cinematográfica de The Lord of the Rings. Hyrule Warriors: Age of Imprisonment no tiene esa escala, sin embargo, esa “carencia” la suple con animaciones de combos que lucen épicas. Me explico. Aquí juegas como distintos personajes de la serie, especialmente y según entiendo, del lore de Breath of the Wild y su secuela. Bueno, pues durante las peleas haces equipo con estos personajes y al llenar una especie de barra de súper (se llena mientras más golpes des o más enemigos derrotes) activas un golpe más poderoso que luce espectacular. A su manera, y con el estilo particular de los Zeldas contemporáneos, Age of Imprisonment es junto a Donkey Kong Bananza el juego que mejor luce en Switch 2.

Ahora, creo que lo que más disfruto del juego, además de la dopamina que recibo al derrotar cientos de enemigos sin mucho esfuerzo (lo digo porque los combos se limitan a secuencias de X o Y y que se rematan con el botón opuesto con el que iniciaste el ataque), es que no hay mucho más allá de los golpes. Leí que esta simpleza es una de las críticas recurrentes a los musou, pero para mí es simplemente fantástica. Conforme avanzas en la historia del juego se abre un mapa con puntos de interés que no son más que las misiones del juego. Otros puntos son solo tareas secundarias que suelen limitarse a entregar ítems que recolectas en las misiones principales y por los que obtienes materiales para mejorar las armas. Pero en Age of Imprisonment no hay árbol de mejoras, solo mejorar su nivel y desbloquear nuevos combos. Es cierto que el combate tiene cierto grado de profundidad, como aprender a contraatacar o esquivar en el momento indicado y especialmente, mantenerte atento de que las invasiones enemigas no conquisten puntos específicos del mapa, pero el juego es verdaderamente sencillo. Para algunos eso podría ser desagradable, pero para mi es dopamina pura y aderezada con Zelda.
Entonces, no tengo más que halagos para Hyrule Warrior: Age of Imprisonment. Además de ser un juego sumamente entretenido para mis estándares, técnicamente destaca que su gameplay siempre mantiene los 60 fps. Hay mucho esmero en hacer que el juego se sienta a la altura de The Legend of Zelda. Si hoy estuviera estrenando mi Switch 2, este sería el primer título que jugaría.