El fin de semana pasado se llevó a cabo una primera prueba multijugador de Halo Infinite. Debido al retraso de más de un año —desde 2020 hasta fines de 2021—, el juego convive con cierto escepticismo que no está injustificado, ya que el trabajo de 343 Industries desde Halo 4, si bien no ha sido deficiente, no ha alcanzado las cotas de excelencia de lo que hizo Bungie.
Quizá en contra de los peores pronósticos, la pequeña beta de Halo Infinite sirvió para darle algo más de crédito al trabajo del 343, porque este primer avance es un Halo que ha recuperado el espíritu de los juegos firmados por Bungie en la década de los 2000.
La beta de Halo Infinite apenas entregó un puñado de mapas y modos de juego clásicos (derivados de duelo por equipos y capturar la bandera), suficientes como para sentir que esto no es Halo 5 con su ritmo más frenético y su afán por ser un juego de disparos en la vena de Call of Duty.
Halo Infinite me hizo recordar las primeras veces que jugué Halo 3 en mapas más pequeños, con personajes que se movían rápido, pero no tanto, y en el que las granadas que rebotaban en las paredes eran parte del paisaje.
Esta primera impresión del multijugador de Halo Infinite, aún en un contexto muy acotado y lejos de la experiencia completa, parece mucho más avanzada en términos técnicos que una beta tradicional. Los tiempos de espera fueron relativamente cortos y resultó sorprendente la fluidez y la nitidez con la que se ve el juego en la Xbox Series X. En general, las betas se ven menos pulidas que un juego final y presentan problemas de conexión, pero ese no fue el caso de este primer fin de semana.
Los mapas disponibles parecen además sacados de cualquier otro Halo, con un formato semisimétrico y con varios niveles de altura que son perfectos para cualquier estilo de juego. En particular, soy un jugador clásico: no salgo del arma por defecto y cada que puedo voy cuerpo a cuerpo; los francotiradores no son lo mío y las granadas las tiro sin ninguna fe. Y en estas pocas horas de juego, más allá de la presentación moderna, me pareció estar probando un Halo de los de siempre y no un derivado del vilipendiado Halo 5.
Por lo mismo, las primeras impresiones de Halo Infinite son más que positivas (basta con leer lo que se ha publicado alrededor del mundo). La gran mayoría quedó más que conforme con lo que se pudo jugar, en parte porque se siente como el Halo de siempre y porque tal vez las expectativas estaban más abajo que de costumbre.
Si esta beta es una muestra de lo que será el juego final, incluyendo el multijugador completo y la campaña, entonces podría ocurrir lo impensado: que Halo Infinite sea el Halo que los fanáticos han esperado desde Halo Reach.