Si hay una marca que sabe hacer buenos auriculares inalámbricos es Sony. El fabricante japonés fue precursor en la tecnología de cancelación de ruido y además cuenta con algunos de los mejores auriculares TWS del mercado, como los Sony WF-1000XM4, que tuvimos la oportunidad de probar en su lanzamiento.
Sin embargo, y a pesar de contar con tanta experiencia en este segmento, Sony nunca había dado el salto a los productos de gamas intermedias. La mayoría de los auriculares del fabricante tienen un precio bastante elevado, pero eso ha cambiado con el lanzamiento de los Sony WF-C500. Estos dispositivos de audio cuestan 99 euros, lo mismo que los Nothing Ear (1) y mucho menos que los Galaxy Buds 2 o los Airpods 2.
La pregunta es que, ya que Sony tuvo que rebajar muchas características en sus nuevos auriculares para ajustar el precio, ¿merecen la pena? ¿pueden plantarle cara a la competencia? Vamos a verlo.
Diseño
Si bien los auriculares TWS de Sony tienen una calidad de sonido impecable, debemos reconocer que no siempre son los más cómodos de usar. Los WF-1000XM3 son demasiado grandes y pesados para mí, y aunque los Sony WF-1000XM4 no son los más pequeños que encontramos en el mercado, tienen un volumen mucho más reducido que el modelo anterior. En el caso de los C500, tanto por su tamaño como por su peso, no tengo ninguna queja al respecto. Se encajan a la perfección al oído y son tan ligeros que apenas siento que los llevo puestos.
Donde notaremos el recorte de prestaciones es en el acabado de los materiales, pero no es algo demasiado exagerado. La caja también es más pequeña que en modelos anteriores por lo que es más fácil de transportar, pero no ofrece carga inalámbrica.
Por otro lado, los WF-C500 tienen unos botones físicos de gran tamaño en lugar de los controles táctiles de otros modelos. Lo bueno de estos botones es que apenas tenemos que hacer fuerza para presionarlos.
A diferencia de los controles táctiles no podemos modificar las funciones de estos botones, pero con uno o varios clics podemos reproducir y pausar, saltar de pistas, responder o finalizar una llamada, subir y bajar volumen o activar el asistente de voz. Lo que echamos en falta es que tenga pausa automática cuando nos los quitamos, pues la música se sigue reproduciendo.
Calidad de sonido
Uno de los aspectos que más me gustan de los auriculares de Sony es que los graves suenan completamente limpios y sin distorsionar el conjunto, algo que también ocurre con los Sony WF-C500 a pesar de ser más económicos. La calidad del sonido es muy buena para su precio, lleno de detalles y buena diferenciación entre frecuencias. Además, podemos ajustar el ecualizador desde la app Sony Headphones como con los 1000XM4.
¿Dónde está el recorte? En que no tenemos cancelación de ruido, aunque debo decir que se ajustan tan bien al oído que no lo he extrañado en situaciones no tan ruidosas. Como no hay cancelación de ruido activa tampoco hay modo de transparencia, por lo que si los usamos para correr o cuando cruzamos calles hay que estar alerta.
La calidad del sonido en las llamadas es muy buena en lugares sin demasiado ruido externo, aunque el micrófono tiene dificultades cuando nos encontramos en ambientes muy ruidosos o con viento.
Autonomía
En este punto tengo sentimientos encontrados, pues estos dispositivos tienen una duración de la batería excelente de más 10 horas sin tener que meterlo en el estuche de carga. Sin embargo, su estuche solo ofrece dos ciclos de carga extra (en comparación con los habituales tres o cuatro), por lo que podríamos haber conseguido de 30 a 40 horas de autonomía con una sola carga en lugar de 20 horas en total.
Lo bueno es que en solo 10 minutos podemos conseguir una hora completa de autonomía, lo que nos puede ayudar en más de un apuro.
Conclusiones
La experiencia con estos auriculares fue muy positiva. Es cierto que carecen de algunos aspectos como la carga inalámbrica, la cancelación activa de ruido o el modo de transparencia, pero su calidad de sonido para los 99 euros que cuestan y su autonomía de hasta 10 horas de reproducción continua los convierten en unos dispositivos tremendamente recomendables.
Otros auriculares como los Nothing Ear (1) cuestan lo mismo y tienen más funciones, pero considero que la calidad de sonido de los los Sony WF-C500 no tiene comparación con otros de precio similar.