Uno de los parámetros para medir nuestra huella de carbono personal es la cantidad de zapatos que compramos ya que el calzado es usualmente fabricado con derivados del petróleo, una fuente de energía no renovable. Es por eso que muchas empresas del sector se están inclinando por materiales más respetuosos con el medio ambiente.
Vivobarefoot, con sede en Londres, anunció una alianza con Bloom Foam, una empresa de espuma ecológica de Mississippi, para crear los Ultra III, unos zapatos hechos de material derivado de algas rescatadas de fuentes acuáticas de todo el mundo. El modelo es la oferta sostenible más reciente de Vivobarefoot, un fabricante de calzado que se especializa en suelas muy delgadas, para dar la sensación de andar descalzos, con el fin de ofrecer el máximo de retroalimentación sensorial a los pies.
Los Ultra III, que saldrán al mercado en julio, usan espuma hecha de biomasa de algas. Además de ofrecer una alternativa ecológica a los materiales de fuentes no renovables, la espuma de Bloom ayuda a reducir la sobrepoblación de algas en lagos y estanques que amenaza el balance natural. La empresa recalca que no cultiva las algas que usa en su espuma, lo cual, asegura, causaría más daño al medio ambiente.
“Cultivar nuestras propias algas en tanques grandes es un esfuerzo costoso que no hace nada para resolver el creciente problema de algas en el mundo. Además, la introducción de cepas de algas genéticamente modificadas en un ecosistema (si se filtra en el medio ambiente), también puede causar más daño y ser difícil de controlar”, declara la empresa en su sitio web.
En un solo par de zapatos masculinos Ultra III, número 11,5, se ayuda a que unos 57 galones de agua limpia vuelvan a circular en el hábitat y reducen el equivalente de 40 globos de dióxido de carbono en la atmósfera terrestre.
«Esta es una verdadera revolución para la industria del calzado con la primera alternativa a base de plantas”, dijo en un comunicado Galahad Clark, fundador de Vivobarefoot. «Estamos encantados de ser la primera empresa en utilizar Bloom en nuestros zapatos y seguir nuestra misión de hacer el calzado perfecto … perfecto para los pies y un impacto mínimo en el planeta».
Bloom se ha enfocado en controlar el florecimiento excesivo de algas en muchas fuentes de agua, resultado de la filtración de fósforo y nitratos, generalmente encontrados en los fertilizantes, en las vías fluviales. Esto crea condiciones primordiales para el crecimiento incontrolable de algas.
Esta sobrepoblación libera toxinas que afectan tanto a seres humanos como a animales mientras que simultáneamente agotan el oxígeno y la luz solar en el agua. Esto conduce a muertes masivas de la fauna marina incluyendo pájaros, pescados, y mamíferos.