Por siglos, se ha aceptado que los violines Stradivarius son los mejores de todos, principalmente porque su sonido no ha podido ser igualado por otros fabricantes. Y ahora, un nuevo estudio reveló la razón detrás de ese sonido: químicos especiales usados por sus fabricantes, algunos que no habían sido descubiertos hasta ahora.
El estudio fue llevado a cabo por científicos de la Universidad Texas A&M y revela que, en gran parte, lo que hace tan especiales a los instrumentos de Stradivarius no tiene tanto que ver con su forma o su fabricación, sino con el uso de estas sustancias.
Joseph Nagyvary, uno de los autores del estudio, dice que hace 40 años planteó una teoría sobre los químicos de los Stradivarius, que al aplicarse sobre la madera provocaban un sonido muy específico. Finalmente, dicha teoría resultó cierta y se descubrió que en la creación de los violines se aplicó una mezcla entre cobre, alumbre, zinc, bórax y agua de lima.
De acuerdo con los científicos, el uso de estos materiales tenía que ver más con un problema de conservación que con la idea de mejorar el sonido. “La presencia de estos químicos revelan una colaboración entre fabricantes de violines y farmacéuticos de la época”, explica Nagyvary, ya que tanto Antonio Stradivarius como su rival Giuseppe Guarneri querían evitar que las plagas de gusanos hicieran estragos en la madera.
Y quizás más sorprendente es, al menos para los estándares modernos, que los investigadores explican que nunca hubo patentes, documentación ni nada asociado al tratamiento de las maderas. En otras palabras, cada fabricante creaba los violines con su propio método y estos se mantenían en secreto, por ende, “conocer la aplicación de los químicos en las maderas resulta imposible a simple vista”, explica Joseph Nagyvary.